DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


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María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

De Armando Barbeito, productor artístico:

Fui cadete de Radio El Mundo al comenzar la década del ´ 40. En 1943 conocí a la actriz Eva Duarte. Ella formaba parte del elenco integrado por Blanca del Prado y Francisco de Paula. Era una mujer encantadora, pelo negro, ojos oscuros y blanquísima piel. Cuando terminaba su actuación, la acompañaba a tomar leche con facturas a una confitería que estaba cerquita de Radio El Mundo, y cuando Evita se convirtió en esposa del presidente Perón, continué en la radio. Yo no era peronista. Un día, el director informa que había que recibir al general y a su esposa con el escudito peronista en la solapa. No me lo puse. Sin embargo, Perón me saludó con emoción y Evita, que se acordaba de mí, me dio un afectuoso abrazo y me preguntó si tenía automóvil. Como le dije que no tenía, Evita le dijo a su secretario que me diera su teléfono para que la llamara, porque quería regalarme un automóvil. Conste que no la llamé, así que me perdí un Volkswagen. Siendo cadete ganaba quincenalmente unos veinte pesos, en 1943, y Evita me daba como propina dos pesos, una buena plata.

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De Mario Gallina, historiador, docente, investigador, cronista cinematográfico, escritor, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores ( SADE ), autor de la exitosa y emotiva biografía " Querida Lolita - Retrato de Lolita Torres ", de Ediciones del Dragón, Buenos Aires, 2006 :

En Internet, el buscador ruso Yandex confirma que las dos mujeres argentinas con más número de páginas y consultas son Lolita Torres y Evita Perón.

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De Peter Kreuder, pianista alemán, director de orquesta, compositor, autor del libro " Nur puppen haben keine tränen ", Editorial R.S. Schulz, München, 1971:

Recuerdo a Eva Perón durante una recepción en la embajada en Berna. Llevaba puesto un vestido de seda dorada que le llegaba al piso. Tenía un rostro bello, clásico, y un cuerpo de niña, un cuerpo que uno no sabe si tiene que pedirlo o amarlo hasta el fin, ella era natural y elemental como el fuego, como el aire, el agua y la tierra.

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De Aída Luz, cantante, actriz de cine, teatro y televisión, Premio Martín Fierro, Konex, San Gabriel, Estrella de Mar, Blanca Podestá y Cóndor de Oro:

Conocí a Evita a fines de la década del ´ 30, creo que en 1937, Evita hacía un pequeño papel en un radioteatro, en un estudio contiguo, en Radio Argentina. De pronto, salimos juntas a un patio que había en la radio. Ella me saludó con gran simpatía, y me dijo: " Usted es Aída Luz, una conocida actriz, yo ahora no soy nadie, me llamo Evita Duarte, hago papelitos en la radio, pero yo le digo a usted que pronto voy a ser muy importante ... " ¡ Qué premonición ! Supo cual era su destino. Tenía una gran intuición. Esa frase que Evita me dijo me quedó grabada para toda la vida.

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De Simone de Beauvoir, intelectual, filósofa, profesora, novelista francesa existencialista y feminista, Premio Goncourt:

Eva Perón fue una de las más grandes mujeres del siglo XX.

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De S.S. el Papa Pío XII, en una nota fechada el día 2 de enero de 1950:

La delicada atención que Vuestra Excelencia ha tenido enviándonos por conducto del Excmo. Revdmo. Monseñor Nicolás de Carlo, un obsequio de víveres argentinos para nuestras obras de caridad, nos ha servido de gran satisfacción. En los difíciles y calamitosos tiempos actuales, que han puesto ante nuestros ojos miserias sin cuento, no hemos tenido mayor preocupación que la suerte de muchos menesterosos que han llamado a nuestras puertas y a los que hemos podido socorrer con la generosa cooperación de tantos de nuestros hijos. Por ese motivo, ante su caritativa acción, nos complacemos en manifestar a Vuestra Excelencia nuestra gratitud invocando las gracias celestiales sobre su institución de Ayuda Social y la labor que realiza. Pius P.P. XII

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De Sarita Gatti, manicura personal de Evita, empleada de la Casa de Peinados " Anahí " de don Julio Alcaraz:

Sí, yo arreglé las manos de Eva Perón. Evita usaba esmaltes Helena Rubinstein, los colores Rojo Orchid y Blanco Nacarado.

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De Carolina Patricia Barry, Licenciada en Ciencias Políticas, profesora, investigadora, escritora, es autora, junto con otros profesionales, del libro Generando el peronismo, de Editorial Proyecto, Buenos Aires:

El día 29 de julio de 1949 fue creado el Partido Peronista Femenino. Eva Perón organizó el Partido Peronista Femenino en todo el país. 23 delegadas, una por cada provincia y una por Capital Federal, fueron escogidas personalmente por Evita. Se las llamó delegadas censistas porque su primer tarea fue censar, saber cuántas simpatizantes o partidarias peronistas eran. Las delegadas censistas eran mujeres muy jóvenes, instruídas, sumamente activas, dispuestas a trabajar día y noche. La estructura jerárquica estaba compuesta por la presidenta, Evita, y las delegadas censistas, de quienes dependían todas la Unidades Básicas Femeninas de cada provincia y miles de subdelegadas. Evita asignaba a la mujer una serie de virtudes y valores que remarcaban que la condición de mujer-esposa-madre, lejos de ser un obstáculo para la participación política, se transformaría en un aliciente y en un desafío. Evita legitimó el compromiso político para la mujer. Las mujeres accedían al Partido Peronista Femenino a través de las Unidades Básicas Femeninas que se encontraban instaladas en todos los barrios. Las Unidades Básicas Femeninas eran centros de afiliación y capacitación de las mujeres. Algunas contaban con gimnasio, consultorios, sala de teatro, cine y biblioteca. El ingreso de hombres estaba prohibido, exclusivamente mujeres. Recién en el año 1954 se abrieron las Unidades Básicas de concurrencia mixta. La asistencia social y la capacitación eran las dos funciones que no podían dejan de ser cumplidas en cada Unidad Básica Femenina. Todas las Unidades Básicas Femeninas debían obligatoriamente implementar un plan de alfabetización y clases de Corte y Confección. Las subdelegadas estaban autorizadas a recibir pedidos de trabajo, ropas, viviendas, prótesis ortopédicas, colchones, medicamentos, muebles. Las Unidades Básicas Femeninas informaban a la Fundación de las necesidades de las personas o familias de cualquier punto del país. Se fue configurando el papel de la mujer peronista, que no sólo tenía una misión política sino también una función social, era una manera de ampliar el instinto maternal, ayudar y solucionar problemas del prójimo como si fueran problemas hogareños. Producto de la actividad desarrollada desde las Unidades Básicas Femeninas se produjo la primera organización política de mujeres, experiencia inédita en la Argentina, y muchos años pasaron hasta que otros partidos políticos también las incorporaran en sus filas.

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De Niní Montiam ( Elena Isabel de Ampudia ), actriz española de teatro y cine:

Conocí a Evita en España, año 1947. Llegué a Argentina, este bendito país, en 1948. Me había llamado Evita, yo me encontraba sola. Fue la experiencia más hermosa de mi vida, pero no resultó sencillo estar junto a ella, Evita era decidida y enérgica, exigía una voluntad tenaz. Me convertí en una suerte de secretaria vocacional. La recuerdo con esa humanidad para comprender a los demás que sólo se da en los seres más excepcionales. Vivía empeñada en realizar su obra, urgentemente, como si el pensamiento le indicara de que su tiempo iba a ser corto, muy corto ... Algo que no cesó jamás en Evita fue el poder de ilusión que la caracterizaba. Siempre vivió tras alguna ilusión. Cuando se construía la Ciudad Infantil, soñaba con niños felices, bien alimentados y con libros asegurados. Estuve hasta el final. La partida de quien fue mi gran amiga me dejó deshecha, ansiosa de un descanso espiritual, sentí la necesidad de volver a España y estar en los brazos de mi madre, como cuando era una niña. Eva Perón pertenecía a un plano vivencial superior, al que sólo pueden llegar unos pocos. Eva se había transfigurado desde su viaje a Europa, cuando la conocí, hasta el momento en que volví a verla, en 1948. Era una samaritana que no dejaba nunca su puesto. Amó apasionadamente al pueblo argentino. Debo señalar que esta transfiguración es la que da a su muerte el valor de un símbolo. Evita fue única. Y el que así no lo entienda se equivoca profundamente.

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De Raúl Alejandro Apold, periodista, subsecretario de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación:

El 25 de mayo de 1952, dos meses antes de fallecer Evita, me llamó ella por teléfono. " Venga a charlar conmigo, en los actos oficiales se va a aburrir ", me dijo Evita. Señora, tengo que estar por razones de protocolo, le respondí. " Lo espero a almorzar, voy a contarle algo interesante ", me contestó. Cuando llegué se alegró de verme. Estaba con su hermano Juan y el Dr. Raúl Mendé, quienes, como yo, faltaron a las ceremonias de la fecha patria. Recuerdo que ese día Evita tenía buen apetito, comió chauchas y pollo asado. Nosotros almorzamos en una mesita al lado de la cama. Evita nos contó un sueño que tuvo: " Yo me moría, y ustedes llamaban a los diarios ordenando grandes titulares ". Según Juan Duarte, el sueño era una estratagema para observar nuestras reacciones. El 7 de mayo fue su último cumpleaños, había cumplido 33 años y regalaba sus efectos personales. Percibíamos la gravedad de Evita por su rostro demacrado. Su última fiesta fue asistir como madrina al casamiento de Emma Nicolini, hija del ministro Oscar Nicolini, con el cantante de boleros Daniel Adamo, 8 de mayo de 1952.

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De Silvano Santander, ex diputado, autor del libro antiperonista "Técnica de una traición : Juan Domingo Perón y Eva Perón, agentes del nazismo en la Argentina", de Editorial Antygua, Buenos Aires, 127 páginas: Un conjunto de difamantes patrañas y documentación apócrifa que intenta presentar a la actriz de radioteatro Evita Duarte como una espía nazi al servicio del Tercer Reich y de Adolfo Hitler:

El 27 de enero de 1943, nuestra agente, la señorita Eva Duarte, muy estimada por S.E. Canaris a causa de su excelente trabajo en Río de Janeiro, una ambiciosa, endiabladamente hermosa e inescrupulosa mujerzuela, quien tiene en sus manos la dirección de las zonas de trabajo en Brasil y costa meridional del Pacífico.

Nota: Santander está aludiendo al almirante Wilhelm Franz Canaris, jefe de inteligencia de la Marina y el Ejército durante el nazismo en Alemania.

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De Narciso Binayán Carmona, investigador, historiador, genealogista, escritor, autor del libro Historia Genealógica Argentina, de Editorial Emecé, Buenos Aires, 520 páginas, 1999:

Investigando descubrí que en Evita existía un pasado que la vincula con ilustres figuras. La abuela materna de Evita, Petrona Núñez, nació en 1872, y era hija de Antonio Núñez y de Paula Pregote. La genealogía de doña Juana Ibarguren, hija de Petrona Núñez y Joaquín Ibarguren, es espléndida, a través de la señora Pregote se llega hasta el mismo don Jerónimo Luis de Cabrera, fundador de la ciudad argentina de Córdoba de la Nueva Andalucía, por líneas perfectamente demostradas y legítimas. Por madre, María Eva Duarte de Perón tiene sangre criolla, y por padre, Juan Duarte, sangre vasca. Antonio Núñez, el bisabuelo materno cordobés de Evita, nació en 1826, y Paula Pregote en 1837. Paula Pregote era hija de Bartolomé Luis Pregote y de Josefa Enríquez. A la familia de Pregote la fundó Juan Bautista Prigotto, casado con María del Carmen Ramallo. El fundador de Córdoba, don Jerónimo Luis de Cabrera, nacido en Sevilla, España, 1538, y asesinado en Lima, 1574, y su hermano Antonio Luis, eran sobrinos nietos del marqués de Moya, don Andrés de Cabrera. Ambos hermanos llevaban el nombre Luis en devoto recuerdo a su antepasado, San Luis, rey de Francia, cuya hija Blanca se casó con el infante don Fernando de la Cerda, hijo mayor y heredero de don Alfonso, el sabio. La esposa de don Jerónimo Luis de Cabrera fue doña Luisa Martel de los Ríos, viuda de Garcilaso de la Vega. Una de sus hijas, doña Petronila de la Cerda, fue casada con el encomendero don Pedro González de Villarroel; la hija de éstos, María Maldonado de la Cerda Torres, fue esposa de don Leandro Alejo Ponce de León. Los Ponce de León recibieron el título condal de Arcos de manos del rey don Juan II, en el año 1423. Doña Josefa Ponce de León, nieta de ese matrimonio, fue la esposa del capitán de milicias don Agustín Ramallo, madre de María del Carmen Ramallo, esposa de Juan Bautista Prigotto, y abuela del tatarabuelo de Evita, don Bartolomé Luis Pregote. Con seguridad, conocer todas esas raíces hubiera sido para Evita una gratísima sorpresa. Cabe destacar que de la familia de Cabrera descienden varios presidentes argentinos, Derqui, Avellaneda, Roca, Juárez Celman, Figueroa Alcorta y Uriburu, y también las esposas de los presidentes Lonardi y Lanusse.

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De Lucía Gálvez, historiadora, Miembro de la Academia de Historia de la Ciudad de Buenos Aires, escritora, autora del libro Grandes amores de la Historia Argentina, de Editorial Norma, 325 páginas, Buenos Aires, y articulista de la revista Gente y la Actualidad, de Editorial Atlántida S.A., Buenos Aires:

Las historias de amor del siglo XX se pueden dividir en dos etapas bien diferenciadas: antes y después de la Primera Guerra Mundial. En el primer período hubo una domesticación de la sociedad con la vista puesta en las costumbres que se traían de Europa: se exacerba el puritanismo victoriano por el que se vive el sexo como un tabú, el hombre y la mujer transitan vías separadas y hasta en el lenguaje se omite cualquier tipo de referencia al sexo. La mujer se aburguesa y permite que su esposo encuentre diversión en encuentros pasajeros con otras mujeres. La Gran Guerra cambió el escenario: la mujer se independiza y la pareja busca llevar adelante una relación monógama. Sin embargo, en el fin del milenio - después de la revolución de la píldora anticonceptiva - se afianza la seguridad y la fidelidad en las relaciones de pareja y se revaloriza el espíritu romántico que inundó la vida de las generaciones que nos precedieron. Perón y Evita. ¿ Qué los unió ? ¿ Por qué Juan Domingo Perón Sosa y María Eva Duarte Ibarguren fueron, entre 1944 y 1952, la pareja más amada, odiada y políticamente poderosa de América latina ? Hay una entera biblioteca de interpretaciones: la durísima infancia ( ella, hija natural no reconocida, y él, criado en la soledad del sur y con afectos cero ), la voluntad de poder, la intuición de un gran destino ... En el verano de 1944, un terremoto diezmó a la ciudad de San Juan: 10 mil muertos y ni una casa en pie. Se organizó un festival en el Luna Park con el fin de recaudar fondos para socorrer a aquellos desamparados. En primera fila, el coronel Perón: un militar de ascenso fulmíneo y sonrisa eterna. Detrás de las rejas, la módica actriz de cine y radioteatro Eva Duarte. De pronto, ella cruza la barrera de las rejas y se sienta al lado del coronel Juan Domingo Perón, que luce impecable chaqueta blanca. Dicen que Evita le dijo: " Coronel, gracias por existir ". Esa misma noche empezaron a vivir juntos. El 26 de julio de 1952, cuando el cáncer se la llevó, él - de algún modo - también empezó a morir como presidente. Tres años después ( 16 de setiembre ) se refugió en la cañorera Paraguay, proa al exilio.

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Del Schweizerische Kreditanstalt, Paradeplatz 8 CH - 8070, Zurich, el más antiguo e importante banco de Suiza:

En nuestro banco no hubo cuentas ni de Evita ni de Juan Perón. Si Evita o su esposo, Juan Domingo Perón, hubiesen tenido alguna vez una cuenta en nuestro banco, sin duda la hubiésemos encontrado en nuestros archivos. Cuentas o dineros no contabilizados, no existen.

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Del Dr. Fernando Sabsay, profesor honorario de las Facultades de Ciencias Económicas y Derecho de la Universidad de Buenos Aires, miembro de la Academia Europea de Artes y Ciencias de la Comunicación, Caballero de la Legión de Honor de Francia, Comendador de la Orden del Cruceiro do Sul, Comendador de la Orden de la Concordia, presidente del Tribunal de Justicia Académica de la Universidad de Buenos Aires, escritor, autor del libro Protagonistas de América Latina, Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 2006:

El amor y el odio la acompañaron siempre en su fugaz existencia. En el mundo, revistas, diarios, el cine, el teatro y el ballet se ocuparon de ella en expresiones creativas, basadas en la leyenda y la realidad de su vida. Es, posiblemente, la figura que, junto con el Che Guevara, universalizó la vida política argentina en la segunda mitad del siglo XX. Nada fue ajeno en la producción de objetos para el recuerdo de ambos: Eva y el Che, se convirtieron en los preferidos del mercado consumista. Ellos son en la actualidad, sin duda, las figuras universales argentinas, arquetipos resueltos a ofrecer sus vidas por un ideal, desaparecidos " físicamente " en la década de sus treinta años.

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De Aurora Venturini, poeta y narradora, profesora de Filosofía, psicóloga y psicómetra, Ciudadana Ilustre de la ciudad de La Plata, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores ( SADE ), Premio Fondo Nacional de las Artes, Premio Pirandello d´Oro della Collegiatura di Sicilia, Gran Premio de Honor Almafuerte, y distinguida con la Gran Cruz de Hierro de Francia:

Muchos años de golpes te azotaron. Quisieron apagar tu sol, Evita. Pero golpes y azotes consignaron la transfiguración más inaudita. Yo sé que estás con tu calor de vida, estás con tu calor recuperado. Y deseo tu mano renacida. Tu voz de fanatismo enamorado.

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De Alberto Lagunas, Licenciado en Letras, profesor, escritor, Premio Losada, Premio Leoncio Gianello, colabora en diarios y revistas de Argentina y América Latina, es autor de numerosos poemas y cuentos, entre ellos el siguiente material inédito, " La flor plateada ":

- Vos escribí la carta que yo termino los bordados - dijo la madre a su hijo Juancito, de nueve años. - Bueno. Pero es muy difícil escribirle a ella. - Lo único que tenés que hacer es darle las gracias. No es algo tan difícil, me parece. Agradecían que siete días atrás la cuadra de un barrio casi céntrico de San Nicolás se vio alterada cuando llegó una camioneta de la Fundación. Y la vieja puerta roja, despintada, de donde ellos vivían, tuvo que ser abierta completamente como hacía años que no se abría. Y dos personas que iban en el vehículo bajaron una máquina de coser. Luego se la entregaron a la dueña junto con el folleto en donde era explicado su manejo. Parecía enviada providencialmente, pero correspondía a la ayuda social para tantos necesitados que había heredado el gobierno. " Cose. Borda. Zurce ". Ahora podía ella hacer vestidos y pantalones y ganar unos pesos, que vendrían tan bien para vivir. La mamá le había escrito a la Señora para que le mandara algo. Le contaba que era modista, pero que apenas podía mantener a sus hijos ya que el marido había muerto a causa de una herida mal curada. En la carta no se atrevía a pedirle más. Le hablaba de sus ansias, más que ansias desesperación por trabajar. Y Evita en lugar de mandarle dinero, le hacía llegar una máquina de coser. - Apuráte con esa flor de papel plateado y vos terminá la carta - ordenó la madre a sus hijos Luisita y Juancito. Doña Luisa - como le decían en el barrio - ya había hecho puntilla a mano para dos pañuelitos de tela fina, como la Señora se merece. En uno estaba bordado el nombre de Evita, respetado como alguien importante de la familia. Y en el otro pañuelo, entre cinco florcitas blancas las iniciales E y P tomadas de unas letras parecidas que vio en una revista que le prestó una vecina. Con ocho pétalos de papel plateado de cigarrillos que unos chicos le trajeron, la hija había terminado la flor. Era semejante a un adorno que la Señora lució en un acto cuando inauguró en Buenos Aires la estatua de un niño pescador. A lo mejor esta flor es poco para ella ... pensaba la niña. Pero lo difícil para Juancito era escribir la carta. Debería decirle " Querida Evita " o como le aconsejaba la señorita maestra: " Escriba Sra. María Eva, que es lo más correcto ".

Al final, en una hoja de cuaderno cuidadosamente recortada, pasó el borrador. La carta comenzaba diciendo " Querida Señora Evita ". Y luego le contaba que su mamá, Doña Luisa viuda de López, había recibido una máquina de coser, que ya tenía trabajo y podían vivir mejor. " Le mandamos dos regalos en agradecimiento. Esta flor plateada hecha con todo el amor de mi hermana Luisita y estos pañuelos bordados en la máquina que usted nos mandó. Los bordó mi mamá con cariño, el cariño de todos nosotros que es mucho ". " A mi madre " - agregaba la carta - " le gustaría tener una foto suya firmada por usted, si no fuera molestia ". Firmaba en nombre de todos: Juancito López. Hicieron un pequeño paquete. Y el paquete fue enviado a la señora Antonia que era comisionista y viajaba a Buenos Aires. Ella no quiso cobrarles nada porque soñaba con verla de cerca a Evita, tal como le había contado a su prima de Rosario. Hacía un tiempo, una tarde, con los niños de su prima, vio pasar un automóvil con Evita por la parte empinada del boulevard 27 de Febrero. Les había comprado a los chicos unos clavelitos que se usan para acompañar los ramos de flores, y gritando " Evita, Evita " ellos la saludaron. Evita ordenó para el auto, besó a los chicos y agradeciendo las florcitas como si fueran rosas, saludó a todos mientras el rodado se ponía en marcha. La señora Antonia sabía, que aunque tuviera que esperar, el paquete se lo iba a entregar personalmente. Creyó que no iba a esperar mucho. Pero había mucha, muchísima gente. Un secretario se le acercó y amablemente le dijo que el paquete podía entregarlo él en su nombre, pero Antonia le dijo que quería dárselo a Evita personalmente. Tuvo que esperar un poco más. Luego vino una persona y le pidió que la siguiera. Al abrir una puerta, detrás de un escritorio con cartas estaba la Señora. - " Pase, pase " - le dijo Evita. Se puso de pie y le tendió la mano sonriéndole. - Le traigo este paquete de unos amigos míos de San Nicolás en agradecimiento por la máquina de coser que usted hizo que le mandaran. - " Muy bien. Pero siéntese un momento ". Evita desató el paquete. Miró los pañuelos, la flor plateada y leyó la carta. Disimuló los errores de ortografía y miró nuevamente los pañuelos. - " Todo esto es muy bonito ". Volvió a leer lo de la foto. Levantó la vista y le dijo a la señora Antonia: - " Las fotos no las tengo aquí, pero tenga la seguridad de que en unos pocos días se la enviaré ". Evita se levantó, dando por finalizada la entrevista. Se acercó a la señora Antonia y la besó. La mujer se puso a llorar. - " ¿ Necesita Ud. algo ? " - le dijo Evita.

- No. Yo no me esperaba esto. Es un regalo para toda mi vida. - " No exagere, no exagere " respondió Evita palmeándola en el hombro. Evita siguió trabajando hasta muy tarde, recordando que en alguna parte había una caja de madera con fotos. Golpearon la puerta. - " Pase " - dijo Evita. - No queda nadie. - " Estás seguro ? ". - Sí, Señora. - " Me han pedido una foto, mañana ubicamos la caja y le envío una foto a esta familia ". Señaló el papel donde estaba anotada la dirección. - Hablando de foto - dijo el secretario, hay un fotógrafo esperándola. Evita se miró en un espejo, notó que le faltaba algún detalle. En la cartera estaba la flor plateada. La fijó en la solapa. " También sentía frío cuando firmaba autógrafos ", pensó. Se adelantó el secretario y luego salió Ella. Sonrió. Al lanzarle el flash, de la flor plateada surgió una llamita que no era plateada sino dorada. Fue como si saliera de su corazón.

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De Juan Oscar Ponferrada, poeta, narrador, dramaturgo, creador del Conservatorio de Arte Escénico de la Universidad de Cuyo y director del Teatro Regional Argentino:

Recuerdo que una noche, en octubre de 1950, en el Hogar de la Empleada, Evita me dijo: " Ponferrada, se va a representar La fierecilla domada, de Shakespeare, en el Teatro Cervantes, dirigida por Discépolo. Como el texto es muy frondoso, quiero que colabore con usted Fermín Chávez. Hable con Discepolín ". Y así fue. Fuimos al Teatro Politeama, donde don Enrique Santos Discépolo estaba representando Blum, y allí en el camarín se mostró conforme y nos dejó en libertad para el recorte.

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De Benito Llambí, embajador argentino, autor del libro Medio siglo de política y diplomacia, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 509 páginas, 1997:

El viaje de Evita a Suiza fue una iniciativa puramente mía, que jamás pasó por la cabeza ni de Evita ni de Perón, y que fue pergeñada poco antes de que iniciara su regreso de Europa.

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De Nelly Omar ( Nilda Elvira Vattuone Pesoa ), compositora, cantante de tangos y milongas:

Conocí a Evita en el aeródromo de Quilmes, en 1940, volamos juntas. Grabé La descamisada y la marcha Es el Pueblo. La Libertadora me hizo pagar caro mi pasión peronista: 17 años de silencio. Fui y soy peronista. Lo que hizo Evita por los chicos, por los humildes, por los ancianos, no tiene precio.

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De Francisco "Paco" José Muñoz Azpiri, escritor, periodista y libretista:

Asomé a la vida pública en la década del ´40, cuando me acerqué a Evita, como libretista, labor que inicié en octubre de 1943, por Radio Belgrano, con biografías de las ilustres mujeres de la historia, Madame Lynch, Josefina de Francia, Eugenia de Montijo ... Cuando Evita viajó a Europa, en 1947, me llevó como colaborador y fui el autor de los discursos que ella leyó en España. He sido su secretario " ad hoc ". Mi misión fue una prueba de confianza. Me especialicé, sobre todo, en el aspecto de propaganda radiada. Estoy orgulloso de haber cumplido con mi tarea.

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Del Dr. Raúl Mendé, cardiólogo, escritor, autor del libro El Justicialismo, Ediciones Doctrinarias, Buenos Aires, 125 páginas:

En la humanidad hay dos fuerzas que se oponen dentro del hombre: espíritu y materia; y dos que se oponen en la sociedad: unidad humana y totalidad humana. Entre espíritu y materia, fuerzas opuestas que no se modifican, debe haber una posición de equilibrio, una sola posición de equilibrio como solución del problema de lucha. Pero ¿ cómo definirla ? ¿ cómo determinarla ? Haciendo lo mismo que en el caso de las fuerzas físicas. ¡ Dando a cada fuerza la posibilidad de manifestarse al máximo posible con respecto a la manifestación máxima posible de su oponente, guardando siempre, en este juego de fuerzas, una relación de proporción con sus valores absolutos ! Dar a cada una de las fuerzas que luchan en la humanidad - materia y espíritu, unidad humana ( individuo ) y totalidad humana ( sociedad ) la posibilidad de una manifestación máxima compatible con la manifestación máxima posible de su oponente, sobre la base de una valorización absoluta de esas fuerzas, es tarea de justicia ... en proporción con su valor absoluto. Y la doctrina que sobre estas bases intente la liberación del hombre para lograr su felicidad puede denominarse justicialista.

Y eso es el justicialismo: doctrina cuyo objetivo es la felicidad del hombre en la sociedad humana por el equilibrio de las fuerzas materiales y espirituales, individuales y colectivas. Definido ya en líneas generales, el justicialismo, nos falta determinar cuál es el valor absoluto de las fuerzas fundamentales del hombre y de la sociedad. Conocidos estos valores absolutos podremos luego decir en qué lugar está el punto de equilibrio. Podremos saber así cuánto hay que dar, en justicia, a cada fuerza para lograr entre ellas la solución del equilibrio: la " tercera posición ". ¿ Cuál es la valoración justicialista de las fuerzas que luchan en el hombre y la sociedad humana ? Esta es la pregunta crucial. Y la respuesta es desconcertante, porque es simple y demasiado conocida. La valoración justicialista de las fuerzas humanas fundamentales: materia y espíritu, unidad humana y totalidad humana es simplemente, cristiana. Cristianismo de hombres. No de ángeles. El Estado cristiano que intenta crear el justicialismo es el Estado de una sociedad política, vital y realmente cristiana en cuya vida se realizan verdaderamente las virtudes del cristianismo, según el orden cristiano de los valores humanos. La comunidad cristiana que quiere construir el justicialismo puede estar formada por cristianos y no cristianos. Con tal que todos ellos reconozcan la misma valoración cristiana de las fuerzas fundamentales, de la humanidad. Amor al prójimo, libertad, dignidad del hombre, estabilidad de la familia y reconocimiento de la misma como base fundamental de la colectividad; existencia del derecho natural como base del derecho político, sentido de la justicia, respeto de la persona humana, etcétera. En el orden cristiano de las cosas, espíritu y materia del hombre tienen, cada uno, una misión que cumplir, la misión del espíritu es conducir al hombre a su destino que es la definitiva posesión de la felicidad, que es Dios, y la misión de la materia es servir al espíritu en esa tarea divina. Unidad humana y totalidad humana como entes, tienen también, cada una de ellas, en el orden cristiano, un valor absoluto. La unidad humana y la totalidad humana tienen, cada una, una misión que cumplir. La misión de la unidad humana es lograr la posesión de Dios que es su fin supremo. La misión de la totalidad humana consiste en ayudar al hombre en esa tarea divina de su vida. La sociedad es medio para la perfección de la unidad humana. La sociedad no realiza sus objetivos sin servir al hombre. Ya podemos dar una definición completa y exacta del justicialismo: " doctrina cuyo objeto es la felicidad del hombre en la sociedad humana por la armonía de las fuerzas materiales y espirituales, individuales y colectivas, cristianamente valorizadas ".

Desde el principio de su tiempo la humanidad ha sido sometida al interrogante de un gran problema: su felicidad. Y los hombres han requerido, en todos los siglos, una verdad, de sus filósofos, como explicación al interrogante; y han reclamado, de sus conductores políticos, una adecuada solución. El hombre contemporáneo ha conocido, por dos veces consecutivas, el peligro de su propia destrucción ... se siente inseguro ... la inseguridad hace imposible toda felicidad. El hombre reclama una verdad, una explicación, y una solución de sus conductores políticos, la definitiva posesión de la felicidad. El primer problema del hombre está en el hombre mismo. Es el problema de lucha entre su espíritu y su materia. En el trayecto accidentado de su tiempo el hombre ha inclinado su conciencia - y su acción - sucesivamente, en favor del espíritu o en favor de la materia. Pero ¿ cuál puede ser el interés del hombre frente a esa lucha ? Muy simple: su propia liberación. Quiere liberarse de ataduras para ser feliz.

El segundo problema del hombre trasciende ya los límites de su arquitectura individual. Es también problema de lucha. Pero ya no se trata de fuerzas que luchan dentro del hombre mismo, sino desde fuera. Es el problema planteado entre las fuerzas de la unidad humana, de la persona humana, y de las fuerzas de todas las demás unidades que integran la humanidad, la sociedad humana. Cada unidad ha hecho algún sacrificio de su bien individual para integrar la sociedad. El hombre también aquí tiene un interés puesto en la lucha: su propia liberación, quiere liberarse de la opresión colectiva que le exige demasiado. Importa señalar que en la lucha íntima del hombre, lo mismo que en la lucha que mantiene la unidad humana con la totalidad humana, no se juega directamente, la felicidad del hombre. Lo que directamente se juega es su libertad. Si el hombre se decide por el espíritu o por la materia, busca su liberación; y si se decide por la unidad o por la totalidad humana también busca su liberación. La posibilidad de manifestar la voluntad en la elección de objetivos que se le presentan, y la posibilidad de manifestarse en la comunidad llamamos libertad.

Necesitamos saber cómo se realiza la armonía de las fuerzas fundamentales de la humanidad. Dijimos que la tarea justicialista consistía en dar a cada uno de los valores fundamentales de la humanidad, la posibilidad - el derecho - de realizar su manifestación máxima compatible con la manifestación máxima de su oponente. Para llegar a su punto de equilibrio. También dijimos que las fuerzas oponentes sólo podían lograr una manifestación directamente proporcional a sus valores absolutos. Y que esos valores absolutos, dependían de la misión o finalidad asignada a cada una de las fuerzas humanas. Por lo tanto, para llegar al punto de equilibrio y de armonía, las fuerzas opuestas tendrán que lograr una manifestación o expresión proporcionada a la misión que tienen asignada. Así, por ejemplo, el justicialismo en el caso del problema del hombre pondrá su equilibrio y armonía a las fuerzas oponentes - espíritu y materia - , dando a cada una la posibilidad de manifestarse de acuerdo con la misión que le corresponde.

El justicialismo " dará a lo material todo cuanto sirva a la perfección del espíritu; y al espíritu todo cuanto necesite para su perfección; sin llegar al extremo de dar tanto al espíritu que produzca detrimento de la materia y este detrimento limite a su vez las posibilidades de perfección del espíritu ". Esta es la fórmula justicialista para solución del problema del hombre. En el caso del problema de la sociedad las cosas ocurren de una manera similar. El justicialismo dará también a las fuerzas oponentes - unidad humana y totalidad humana - la posibilidad de manifestarse de acuerdo con la misión que tiene asignada cada una de ellas. " Dará a la totalidad humana todo cuanto sirva a la perfección de las unidades humanas que la integran; y a la unidad humana, todo cuanto necesite para su perfección; sin llegar al extremo de dar tanto a la unidad humana que produzca detrimento de la totalidad humana y este detrimento limite a su vez las posibilidades de perfección de la unidad humana ". Esta es la fórmula justicialista para la solución del problema de la sociedad. Frente al problema del hombre, la solución, justicialista, no es espiritualista ni materialista. Es simplemente armonía de espíritu y materia, en la persona humana. Frente al problema de la sociedad, el justicialismo, no es individualista ni es colectivista. Es simplemente armonía de unidad y totalidad, en la sociedad humana. Esta es evidentemente una tercera posición frente a los dos planteos del fundamental problema humano. Importa reiterar una observación: la tercera posición no es cualquier posición intermedia entre los extremos. Es una sola posición: la del equilibrio y la armonía.

Es interesante señalar también que la tercera posición justicialista no está a igual distancia de los extremos. En el caso del problema del hombre está más cerca del extremo espiritual que del extremo material. En el caso del problema de la sociedad está más cerca de la unidad humana que de la totalidad humana. Porque, para la doctrina justicialista, el valor absoluto o intrínseco del espíritu es mayor que el de la materia. Y el valor de la unidad humana es mayor que el de la colectividad. Esta tercera posición, absoluta aunque no extrema, satisface no solamente a la verdad y a los hombre con ideales ... satisface también a los pueblos cuya psicología es - si puede definirse así - una psicología de posiciones intermedias. No son los filósofos los inventores de la frase tan popular que dice: " Los extremos son malos ". Es el pueblo su creador. El pueblo de todos y de cualquier parte del mundo dice lo mismo, en todos los idiomas, y en esta frase común expresa su sentir, su experiencia dolorosa de muchos siglos, y su anhelo de una solución intermedia que lleve al hombre a una posición estable, definitiva ...

Los extremos fracasaron como solución, porque violentaron la naturaleza del hombre ... porque alteraron el sentido o la magnitud de la misión que en la humanidad deben cumplir los valores fundamentales que la integran y que en ella luchan. La tercera posición procura la armonía de esas mismas fuerzas, tratando que cada una cumpla con sus fines. Que eso es realizar la armonía, que es lo contrario de la violencia, y resulta grato a la naturaleza humana. El justicialismo intenta la liberación del hombre. No una liberación absoluta porque ella es inalcanzable en el orden humano - ya lo sabe el hombre por experiencia - sino una liberación relativa. La simple humana liberación que importa vivir como hombres en la sociedad de los hombres para lograr el destino que Dios ha asignado a los hombres. El espíritu tiene, en la realidad justicialista, todo cuanto le es útil o necesario para cumplir con su finalidad; lograr la perfección. Han vuelto a tener su sitio preferente, en el concierto justicialista todos aquellos valores espirituales que el materialismo había logrado disminuir o destruir en el corazón de los hombres. Han vuelto a tener sentido, por ejemplo, palabras fundamentales de extraordinario contenido espiritual: Dignificación del trabajo y del tabajador . Elevación de la cultura social . Humanización del capital . Conciencia social de la comunidad . Fe en Dios. Amor por la Patria y por sus símbolos. Unión en la familia. Solidaridad entre los hombres.

En otro orden de cosas, los valores del espíritu han crecido también rápida y progresivamente. Hay afán popular por la cultura. Están abiertas todas las fuentes que la producen. Desde la escuela primaria hasta la universidad. Cualquier argentino, de cualquier condición, tiene acceso a los más altos grados de instrucción. Los trabajadores tienen derecho a la capacitación y ejercen este derecho constitucional con verdadero entusiasmo, cariño y dedicación. Un nuevo concepto ha sido realidad por el justicialismo: el de la cultura social. En todos los casos el objetivo es el hombre. Esta realidad de cultura social se manifiesta en el país por: bibliotecas gremiales, actos culturales en los locales sindicales, funciones gremiales de los teatros, conferencias, etc. Todas las realidades espirituales del justicialismo están impregnadas de amor, de auténtico y cristiano amor. " Solamente el amor construye " . En el orden cronológico, las primeras realidades del justicialismo no fueron las del espíritu, sino las realidades materiales. No era posible hablarle al pueblo de Dios y de Patria, o de cultura ... sino se cumplía previamente con la urgente exigencia de remediar las injusticias cometidas. Había que mitigar el hambre y vestir la necesidad de los descamisados antes de hablarles del espíritu. Porque, aunque " no sólo de pan vive el hombre ", si vive, es precisamente por el pan que come. Esa tarea de crear condiciones materiales adecuadas para la vida del hombre fue la primera preocupación del movimiento justicialista argentino. Perón ha definido al justicialismo en el orden económico como doctrina que realiza la economía social poniendo el capital al servicio de la economía y ésta al servicio del bienestar social. El mejoramiento económico del hombre no podía darse según el concepto capitalista que subordina el consumo - vale decir: la necesidad del hombre - al capital, cuya rentabilidad óptima es sagrada para el sistema capitalista. El comunismo, por otra parte, subordina al hombre y al capital a la economía del Estado. El justicialismo en cambio, subordina el capital a la economía y ésta al bienestar social.

La economía no es un fin individual como en el capitalismo ni es un fin estadual como en el comunismo. Simplemente es un medio por el cual la comunidad social alcanza su bienestar. La economía justicialista se basa en el consumo. El consumo debe determinar la producción que es lo mismo que decir: el hombre ha de ser el objeto de la economía y no la economía el objeto del hombre. En el orden material el justicialismo ha creado derechos: Derecho a trabajar, Derecho a una retribución justa, Derecho a condiciones dignas de trabajo, A la preservación de la salud, Al bienestar, A la seguridad social, A la protección de la familia, Al mejoramiento económico, Derecho a la unidad económica familiar y bien de familia, Derecho de la madre y del niño a la asistencia ... Todas las realidades materiales del justicialismo no terminan en sí mismas. Su fin es la felicidad de los argentinos: un valor imponderable, de absoluto contenido espiritual. Así, el justicialismo busca la armonía del hombre en sí mismo ... la armonía de la materia y del espíritu. Así, el justicialismo trata de realizar un hombre nuevo, para un mundo nuevo y mejor. Debemos ahora analizar cuáles son las realidades justicialistas con relación a los valores de la sociedad: unidad y totalidad humanas; persona humana y comunidad humana.

En el caso de las fuerzas internas o intrínsecas del hombre, nos fue posible separar con cierta exactitud aquello que era realidad espiritual de lo que constituía una realidad material. En este caso, es mejor considerarlas conjuntamente, ya que muchas realidades justicialistas que benefician a la unidad humana tienen su límite en el derecho de la colectividad humana sobre ese mismo beneficio. No podemos, por ejemplo, hablar de la libertad - la libertad extrínseca - de la unidad humana considerándola realidad individual del justicialismo. Porque la libertad individual tiene un límite que es el derecho a la libertad de todos los demás. Y si hablamos de la libertad, como realidad individual del justicialismo con iguales razones, podríamos hablar también de la libertad como realidad colectiva. Es decir, que la libertad tiene, según el justicialismo, una doble función que cumplir: individual y social. La libertad de la unidad humana exige ciertas limitaciones de la libertad de todos. Y la libertad de todos exige ciertas limitaciones de la libertad individual. ¡ Este es el juego que conduce al equilibrio y a la armonía ! La libertad individual no puede ser absoluta si aspira a ser permanente. " El Estado no reconoce libertad para atentar contra la libertad " ( Art. 15 de la Constitución Nacional ).

Este es el reconocimiento de la " libertad individual en función social ". En el derecho individual de propiedad ocurre lo mismo. No podemos decir que sea una realidad justicialista de carácter individual. Con las mismas razones tendríamos que decir que es una realidad colectiva. Puesto que, en la realidad justicialista argentina, la propiedad tiene una doble función que cumplir ... una individual y otra social o colectiva. En estos dos aspectos - libertad y propiedad - se expresa claramente la doctrina justicialista como tercera posición. El individualismo proclama el derecho absoluto a la propiedad privada ... ¡ y acaba en el abuso de ese mismo derecho ! El colectivismo niega absolutamente el derecho de la propiedad privada proclamando, por ejemplo, que la tierra es de la comunidad. El justicialismo afirma - en tercera posición - que la propiedad no puede ser derecho absoluto de nadie por lo cual hay que suprimir, no el derecho de propiedad privada, sino los abusos del derecho mal ejercido. Con la libertad ocurre lo mismo. El individualismo proclama la libertad absoluta de la unidad humana ... ¡ y acaba en el abuso de la libertad que es el libertinaje ! El colectivismo niega prácticamente a la unidad humana todo derecho a la libertad ... afirmando el derecho absoluto de la colectividad sobre el individuo.

El justicialismo sostiene - en tercera posición - que la libertad individual no debe ser absoluta. Y por lo tanto, propugna la supresión de los abusos de la libertad, sin llegar al extremo colectivista que suprime la libertad en aras del Estado o de una raza. Lo que hemos dicho de la propiedad puede ser aplicado al capital. Realidad justicialista es el " capital en función social ". Frente al individualismo que conduce al capitalismo, que es el abuso del capital; y frente al colectivismo, que suprime el capital como causa de explotación humana, el justicialismo propugna la supresión de los abusos del capital, no del capital que debe cumplir su doble función individual y social en el orden humano. El trabajo es también, como causa de bienes de propiedad, un bien individual y social. Por eso en la sociedad justicialista el derecho individual de trabajar es asimismo un deber social. Los individualismos no reconocieron otra cosa que el derecho de trabajar ... ¡ que luego se convirtió en el derecho de hacer trabajar ... cuando apareció la opresión de las fuerzas esclavistas ! Los colectivismos sólo reconocen el deber de trabajar para el Estado que representa a la comunidad. El justicialismo, en tercera posición, afirma que el trabajo es un derecho pero que tiene también una función social que cumplir ... por lo que constituye un deber. Un derecho personal. Y un deber social.

El trabajo es un derecho que dignifica al hombre, pero es un deber, puesto que lo justo es que cada uno produzca por lo menos lo que consume. El individualismo y el colectivismo directa o indirectamente, permitieron la explotación del hombre. El individualismo, permitió la explotación capitalista. El colectivismo, la explotación por el Estado o por la raza. Realidad justicialista es la supresión constitucional de la explotación del hombre. Ello constituye en el país un delito que las leyes castigan ( Art. 35 de la Constitución Nacional ). Otra realidad es la posibilidad que el justicialismo ha creado y realizado, del acceso del pueblo al gobierno, en cargos que antes estaban reservados al privilegio, al favoritismo o al fraude electoral. En otro orden de cosas, los trabajadores tienen asegurada su libertad de asociación sindical y los sindicatos argentinos participan activamente en la vida nacional. El justicialismo desea construir una comunidad más justa, más buena y más feliz, en la que el individuo pueda realizarse juntamente en ella. Dos realidades básicas impregnan toda la vida del justicialismo. La justicia social y el amor que se concreta en ayuda social. La justicia social es el instrumento del justicialismo. Para establecer el equilibrio entre los derechos de la unidad humana y los derechos de la totalidad humana. Entre las personas y la sociedad. La justicia social tiene por objeto final de su acción al hombre. Pero llega al hombre por medio de sus agrupaciones sociales. En especial de sus agrupaciones sindicales o gremiales.

La justicia social fue la primera realidad del justicialismo. El día que la revolución de 1943 comenzó a convertir en realidad argentina su propósito de hacer justicia social, ese día comenzó a ser justicialista. Fue en noviembre de 1943, cuando Perón transformó el departamento Nacional del Trabajo en Secretaría de Trabajo y Previsión. Desde aquel día de noviembre - 27 de noviembre para ser exactos en homenaje a la historia - la secretaría de Trabajo y Previsión fue la casa de los trabajadores argentinos. Allí se convirtieron en realidad viejas esperanzas que venían alentando desde muchos años antes, los hombres de trabajo que construían la grandeza nacional. Allí se encontró el pueblo con la Patria. Más tarde la Secretaría de Trabajo y Previsión completó su obra con la creación de los Tribunales del Trabajo. La justicia social tenía ya sus organismos definitivos. Pero más importante que todo eso era su realidad nacional en todos los órdenes. El amor que se concreta en ayuda social tuvo su origen en en el espíritu extraordinario de Eva Perón. Ella creó en el país un estado espiritual de amor y de esperanza. La ayuda social, que se realizó por medio de una entidad jurídica, la Fundación Eva Perón, sólo aspiró a ser complemento de la obra de justicia social. La Fundación llegó a todos los rincones del país, expresó en sí misma toda la espiritualidad cristiana del justicialismo. La Fundación construyó hogares de tránsito, realizó hogares de ancianos, hogares para niños, jardines para infantes, hospitales, policlínicos, edificó viviendas para trabajadores, llevó alimentos, medicamentos y ropa a países del mundo ... La obras de la Fundación Eva Perón desconcertaron a quienes no entendieron que ellas tuvieron por objeto despertar en la conciencia oprimida de los pobres, de los humildes, de los desheredados, las inquietudes, las ansias y las ambiciones de los altos ideales.

¡ Con la alegría del amor ! A Eva Perón a quien el pueblo llama cariñosamente Evita, correspondió una tarea de justicia y amor. Sin justicia y sin amor no se puede construir una verdadera sociedad humana. Menos todavía, una sociedad cristiana. La justicia conduce al equilibrio. Pero el amor perfecciona el equilibrio y conduce a la armonía. La mujer argentina tiene los mismos derechos que el hombre, gracias a la gestión de Evita. Esta nueva situación vino a poner las cosas en su debido lugar. La mujer argentina nunca dejó de interesarse activamente por su país. En el principio de la historia nacional formó en la retaguardia valiente de los ejércitos, empujándolos con amor hacia la victoria y curando las heridas y las amarguras de las derrotas. En todas las etapas de la vida nacional la mujer ejerció una poderosa influencia que atemperó los excesos varoniles. El 17 de Octubre de 1945, cuando los descamisados argentinos rescataron a Perón de manos de la oligarquía, la mujer estuvo presente en la Plaza de Mayo, encendiendo el entusiasmo y alentando la fe de los varones. Otorgarle derechos políticos, fue simplemente, poner las cosas en su justo lugar. En nuestro mundo, dividido en dos, nunca pudieron vivir en paz dos imperialismos. Por eso esta hora del mundo conduce a la guerra - ya estamos en ella - a no ser que el mundo pueda liberarse de su disyuntiva y se decida con sensatez por el camino de la paz. ¿ Puede darse acaso mayor contribución a la paz del mundo que una doctrina de amor y justicia ? Bastaría que los hombres se detuviesen un instante y oyesen. Dos mil años después del nacimiento de Cristo los ángeles siguen repitiendo " Y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad ". Y lo mismo que entonces los ángeles no cantan para los reyes ni para los poderosos. Cantan para los pastores. Para los humildes de todos los pueblos.

Por eso, mientras los " césares " del mundo hacen la guerra, el justicialismo gana los corazones de los hombres. Los argentinos hemos hallado lo que todos los hombres del mundo han requerido de sus filósofos: una verdad, lo que todos los pueblos de la humanidad han reclamado de sus conductores políticos: una solución. Le damos gracias a Dios por haber nacido en esta tierra, y en esta hora del mundo. No tenemos ambiciones imperialistas. Siempre aceptamos dialogar o discutir antes que pelear. La razón antes que la fuerza. La fuerza, únicamente cuando ya no hay más razones. Siempre hemos vivido en función de pueblo soberano al servicio del mundo. ¡ Abrimos nuestras puertas a la humanidad ! La humanidad tiene otro camino. Hay una solución distinta de las que constituyen su actual encrucijada de capitalismo y comunismo. Una solución cristiana y profundamente humana. Para nosotros ... Para nuestra posteridad ... Y para todos los hombres del mundo ...

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De Hugo Martín, periodista de Revista GENTE y la Actualidad, Editorial Atlántida S.A., Buenos Aires:

Con el traslado de los restos del tres veces presidente argentino a la Quinta 17 de Octubre se cierra un ciclo de nuestra historia. En las 19 hectáreas de San Vicente, a 47 kilómetros de la Capital Federal, Juan Domingo Perón vivió, junto a Evita, sus años más felices.

" San Vicente era el refugio de amor, el descanso de todo trabajo " hablaba así Juan Domingo Perón de la quinta 17 de Octubre, adonde regresó para siempre. La misma que dejó de visitar después del 26 de julio de 1952, cuando murió Evita ( y por quien todos los relojes permanecen - menos uno, el del dormitorio principal - con las agujas clavadas a las 20.25, hora en que " pasó a la inmortalidad ", a quien se la regaló el 30 de mayo de 1946, poco después de casarse y de que Evita cumpliera 27 años.

" La compramos porque era muy solitaria; ahí comenzaba la pampa ... - dijo alguna vez - el pueblo estaba a diez cuadras ". Según cuenta la historiadora Araceli Bellota, " poco después de su casamiento, el matrimonio Perón decidió comprarle al coronel Domingo Mercante, un estrecho colaborador del General y luego gobernador de la provincia de Buenos Aires, la Quinta número 67 en San Vicente, ubicada en la calle Lavalle entre Gûemes y Cuyo ( hoy Eva Perón ), por la que pagaron 12.000 pesos moneda nacional al contado ". Según el censo de mayo de 1947, la ciudad de San Vicente tenía apenas 2.189 habitantes. Ese mismo año, y con un crédito del Banco Hipotecario de 50.000 pesos, construyeron un chalet de cinco habitaciones. Todavía está en pie, aunque el mobiliario original fue saqueado en 1955, tras la Revolución Libertadora.

Hoy, la decoración y los muebles remiten a los comienzos de la década del 70, cuando Perón, entonces casado con Isabel, le pidió a su mujer que conservara el inmueble. Sin embargo, tras el golpe de 1976, la quinta fue el último lugar donde estuvo detenida Estela Martínez antes de partir a España. La ex presidenta no durmió en la cama que perteneció a Eva, sino en un cuarto contiguo. Pero no es allí, a esa época donde regresó Perón. Es a los fines de semana en que, al volante de su Packard y con Evita a su lado, desandaba la avenida Pavón hacia el Sur y arribaba, entre el polvo, a su refugio. " Cuando llegaba a San Vicente iba con los pelos de punta; no quería oír el rock and roll ( sic ) sino algo distinto, que me apaciguara los nervios ... Nosotros queríamos estar solos, hablar de lo que queríamos y andar como queríamos - continúa relatando el General - . No teníamos con nosotros más que a un italiano que nos cuidaba la finca. Pero cuando estábamos allí, no queríamos a nadie y era ella, Evita, quien hacía las camas, y yo la comida. Soy muy buen cocinero, hago buenos canelones y tallarines a la boloñesa o a la parmesana ".

Los días comenzaban a las 5 en punto. " Me levantaba, tomaba mate cocido y daba un paseo ", contaba Perón. El grito de los teros alertaba al casero de que el General ya estaba despierto, dando vueltas por el parque. Más tarde aparecía Evita, quien alguna vez contó: " Nunca me maquillé en esos días, andaba a pura cara lavada, el pelo suelto, una camisa de él y un par de pantalones ". Ella se encargaba de mantener sus flores favoritas, las rosas, que compraba en el vivero Las Casuarinas. El agua, de un aljibe que aún existe, se la llevaba Perón. Al mediodía, inevitable, el menú era un asado, regado con vino semillón ( marca León o El Vasquito ) con soda y hielo. Por la tarde salían a cabalgar: Perón en su caballo Mancha; Eva, en su yegua Esterlina. " Era una excelente amazona ", recordaba su esposo. Luego llegaba el turno del mate con bizcochos de grasa, que iban a buscar en sulky al pueblo. Más tarde, en una sala con techo abovedado, él practicaba lances de esgrima. Y Eva tocaba el piano. Por la noche, como dijimos, era el turno de poner a prueba la capacidad de Perón como chef. Y, temprano, se iban a la cama. " Nos retirábamos a nuestro dormitorio entre las nueve y las nueve y media de la noche, nos perfumábamos para nosotros, ella usaba Marcel Rochas y yo una colonia tipo Atkinson, pero nos quedábamos leyendo, casi siempre hasta las doce o una de la mañana ", relataba el General. La enfermedad de Eva los alejó de a poco de ese lugar. Su muerte hizo que Perón reservara aquella quinta sólo para que viviera en su memoria.

En 1989, una ley sacó al lugar del ostracismo y el abandono. Hoy, además del Mausoleo, funciona en el predio el Museo Histórico 17 de Octubre, que dirige Dora Rodríguez y pertenece a la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural, y está el Tren Presidencial de trocha angosta , fabricado en 1908 en Tafí del Valle, Tucumán, que fincionó hasta 1966. Mil personas, en promedio, visitan el sitio todos los fines de semana.

Allí está, hoy, Juan Domingo Perón. Como en 1946, cuando compró la Quinta 17 de Octubre, espera a Evita. Pero ése, cuando se escriba, claro, será otro capítulo de su historia de amor. El último.


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Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.


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