DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


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María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

Del diario Hong Kong Tiger Standard, periódico de China:

Los trabajadores recordarán a Eva Perón, porque saben todo lo que hizo y dió por ellos.

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Del diario Folha do Povo, de Brasil:

La presencia de Eva Perón estará en las máquinas de las fábricas, en las salas de los hospitales y en los salones de las escuelas. No se olvidará jamás la lección de la hija de Los Toldos.

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Del periódico Noticias de Ultima Hora, de Chile:

Fue una mujer extraordinaria. De otros tiempos. Eva Perón ha sido crédito para todas las mujeres del orbe.

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Del periódico Claridad, de Colombia:

Faltaba la figura femenina que encarnase la revolución de los trabajadores, Eva Perón ha venido a llenar ese vacío de una manera inigualable.

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De Pablo Racioppi, compañero de trabajo de Eva Perón en radio y teatro, productor:

En las mujeres triunfadoras siempre hay una etapa de su vida que permanece en la oscuridad, pero yo no podría llegar a decir que Eva Duarte haya sido una desenfrenada, una prostituta o cosa parecida.

Trabajé con ella en Radio El Mundo a principios del año 1942. Fuimos contratados por el entonces director artístico Pablo Osvaldo Valle. Ella había trabajado antes en la radio, patrocinada por Guereño. Este jabonero, que era amigo de Llauró, se la presentó a éste cuando Eva finalizó su contrato con él. Sospecho que en esa época Eva conectó a su hermano con uno de estos jaboneros.

La primera obra que Eva Duarte realizó conmigo se llamó El aullido del lobo, allá por marzo de 1942. Por ese entonces Eva vivía en la calle Carlos Pellegrini al 1300, cerca de la avenida Libertador.

Era una mujer bonita, delgada, alta, esbelta, morocha, de cutis muy blanco y de sonrisa compradora.

Cuando finalizábamos los ensayos, solíamos ir a tomar café a un bar ubicado en la misma cuadra de los estudios de Radio El Mundo, y también a una confitería, elegante y muy cara, que estaba en la esquina.

Como cabeza de compañía yo ganaba 4.000 pesos por mes, Evita ganaría unos 5.000.

La gente del ambiente murmuraba que ella era amante de un militar, pero ella tenía desconfianza y rencor hacia los hombres. " Todos me acosan ", me dijo en una oportunidad.

Si no se hubiera dedicado a la política, pienso que su triunfo hubiera sido el de una pequeña burguesa. Al hacer suyas las palabras de una doctrina que no había imaginado, comprendió la necesidad de una reforma social. Evita creyó siempre lo que dijo.

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De Mercedes Sosa, cantante, Ciudadana ilustre de Buenos Aires, profesora de danzas nativas, Embajadora de buena voluntad de la UNESCO para Latinoamérica:

Cuando Evita estuvo en la provincia de Tucumán, inaugurando un hospital, fue una emoción muy fuerte poder verla. Una belleza de mujer.

Ella fue muy importante para la gente. Cuando murió se sufrió mucho. Mi familia le había mandado una carta, pidiéndole unos anteojos para mi hermana Chocha. Y nos llegaron dos. Esas cosas no se olvidan.

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De Julio Godio, sociólogo, periodista, escritor, autor del libro " Perón - Regreso, soledad y muerte ( 1973 - 1974 ) ", Editorial Hyspamérica, 251 páginas, año 1986:

Cuando una época termina con la muerte de un hombre esto significa que nadie como él supo encarnarla con sus ideas y sus actos. En ese caso, estamos en presencia de una figura cuya gravitación fue tanta que, ante su desaparición física, se produce un corte histórico. Se habla entonces de un " antes " y de un " después " de su existencia terrena. Esto ha ocurrido en la Argentina a partir de las 13.15 horas del 1° de julio de 1974, hora y día en que se informó al pueblo del fallecimiento del presidente Juan Domingo Perón.

Cuando la desaparición de una persona implica el fin de un tiempo histórico, hasta el acto mismo de morir parecería ser el resultado de una decisión adoptada por el muerto. Suele producirse inmediatamente después de algún suceso protagonizado por el personaje ilustre, a través del cual busca signar con un sello a la nueva época que nace. Perón sólo pudo hacerlo a medias por la debilidad congénita de la clase social a la que representó. Pero que el presidente haya fallecido sólo quince días después del 12 de junio, el día que pronunció su último discurso público y el primero que hizo recordar al Perón de los años cuarenta, ha posibilitado a la imaginación popular deducir que el "Viejo" eligió el momento preciso para irse de este mundo.

Siempre murieron así los caudillos. Sus actos postreros estuvieron signados por la impronta de grandes sucesos políticos de los que fueron personajes centrales. Aunque su última intervención haya sido sólo una réplica difusa de acontecimientos que hicieron historia, la muerte agiganta el último acto hasta el nivel de los que fueron realmentes importantes. Y, como cada caudillo representa a una época, ésta se las ingenia para expresarse en la misma forma de morir.

Alem se suicidó y, con su suicidio, dio plenitud a la vida de un político romántico. Es que él era parte de una época en la cual, a través del romanticismo, el liberalismo progresista alcanzaba la estatura moral necesaria para enfrentar a una oligarquía " falaz y descreída ". Eran los años noventa del siglo XIX, cuando recién el proletariado argentino comenzaba a despuntar como clase.

Yrigoyen murió en la soledad, pero la soledad era un estado de ánimo colectivo en la década del treinta del siglo XX. Década de restauración oligárquica y de extrañamiento popular. Su entierro fue, sin embargo, multitudinario. Y, durante la marcha hacia el cementerio de Recoleta, cementerio que guarda el cuerpo de Evita, 300.000 personas lograron romper el fraccionamiento impuesto por la dictadura conservadora. Así, el caudillo muerto pareció haber elegido el momento de morir. Porque con su sepelio unió a lo disperso y transmitió nuevos bríos para levantar el ideal de la " causa " contra el " régimen ". Eran ya años de presencia proletaria. Pero todavía el proletariado no podía superar los límites de sus luchas sociales para fundirlas con las nacionales. Por eso mismo, en su mayoría, fue ajeno al acontecimiento.

Perón no tuvo una muerte romántica ni solitaria. Su muerte simbolizó una época de crisis global de la sociedad nacional. Por eso mismo su sepelio fue contradictorio, conflictivo: sólo él podía, provisoriamente, mantener en equilibrio a la sociedad misma.

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De Marina Aizen, periodista y corresponsal:

La Fragata Libertad es un buque escuela, parte de un largo rito de iniciación de los océanos que dura un año. Es a su vez una suerte de embajada flotante, que sigue la tradición de dar vueltas al mundo que inició en 1817 el corsario francés Hipólito Bouchard, el primero en plantar la bandera argentina en territorios entonces tan exóticos como Hawaii o California.

El gobierno peronista ordenó su construcción en el año 1946 para reemplazar a la Fragata Sarmiento, a la que ya le pesaban los años. Se iba a llamar Evita, pero vino la Libertadora de 1955 y la fragata terminó con el nombre de Libertad.

Otra nave es el buque Eva Perón, vapor de ultramar de pasajeros y carga. Construído en el año 1950 en el astillero inglés Vickers Armstrong. Fue incorporado a la F.A.N.U. o Flota Argentina de Navegación de Ultramar en el año 1951, y dado de baja en el año 1975. Para ver este buque clickear aquí

Walter Cabrera, carpintero de oficio, recuerda nítidamente el día en que el general Perón entró al astillero Río Santiago, en Ensenada, Provincia de Buenos Aires: " Año 1953, yo era aprendiz y tenía apenas 14 años. Perón llevaba en el brazo señal de luto, por el fallecimiento de Evita, una corbata negra y un impecable traje blanco. Fue el mismísimo General quien colocó el primer remache en la fragata, que se iba a llamar Evita. Hoy sigo trabajando en la cubierta de esta nave y siento una emoción muy grande ".

Pasó medio siglo entre que la fragata se empezó a construir y que llegó a ser reparada. Y en este largo camino, la industria naval cambió mil veces, al punto que desapareció la tecnología con la que se construyó. Ya nadie hace un buque con remaches , es una técnica muy complicada porque exige insertar un clavo al rojo vivo perfectamente en su lugar para impedir que se filtre el agua. Los ingenieros no podrían haber previsto eso en su momento, pero sí tomaron el recaudo de comprar madera para la cubierta por partida doble, para que cuando la nave tuviera que ser enviada a la reparación de media vida no fuera necesario cambiar la calidad de los materiales. La cubierta es de teca, una madera de la India, tan noble que no se pudre y sabe aguantar bien la humedad.

Se cambiaron todos los cables, todos los caños, los ductos, la cocina, se incorporaron nuevas tecnologías de generación de energía, computación, Internet, procesamientos de residuos. Además se hicieron cuartos y baños para cadetes femeninas, algo que en la década del ´50 hubiera parecido algo impensable.

Pese al accionar de la Libertadora, aún queda sobre el barco un símbolo indiscutible del peronismo: el mascarón de proa. Fue realizado por un escultor español, Carlos García González, y se afirma que su rostro está inspirado en el de Evita, aunque existe una versión que sostiene que el artista se inspiró en el de su esposa Nike.

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De Lila Caimari, historiadora, autora del libro " Perón y la Iglesia Católica - Religión, Estado y Sociedad en la Argentina ( 1943 - 1955 ) ", Editorial Ariel, Buenos Aires, 284 páginas, año 1994 :

La imagen de Eva Perón quedó asociada a una gran empresa: la poderosa organización de ayuda social, que se convertiría en uno de los símbolos más fuertes del peronismo.

La Fundación se imponía en un terreno en el que la Iglesia siempre había ocupado un lugar preeminente, especialmente a través de la tradicional Sociedad de Beneficencia de la Capital - entre otras sociedades de damas que proliferaron a fines del siglo XIX - y el trabajo caritativo de las órdenes religiosas femeninas. El componente fuertemente aristocrático de las damas líderes de la Sociedad de Beneficencia le daba una connotación de " obra social tradicional para tranquilizar la conciencia de los ricos " que la hacía blanco de muchas críticas inclusive en medios católicos.

Esta antigua institución creada en 1823 bajo la inspiración de Rivadavia, se había convertido en 1935 en una importante empresa de caridad, con 25 hospitales e instituciones de salud, así como asilos para más de 11.000 personas. Si la intervención peronista en la Sociedad era per se una provocación a la Iglesia, de hecho lo fue más aún por haber estado rodeada de una verdadera campaña de prensa contra la institución, convertida en símbolo de la hipocresía y las desigualdades sociales del ancien régime. La puesta bajo control oficial fue presentada como la adaptación necesaria de la Sociedad a la nueva realidad nacional: " La vetusta Sociedad de la Capital, que ejercía la limosna como principio y la diferencia de clase como norma, ha sido transformada íntegramente. Hoy se practica la solidaridad social ".

Los nuevos principios sociales comenzaron por ser aplicados a los empleados de la institución. Importantes sumas fueron transferidas por el Estado para mejorar los salarios de quienes trabajaban en la empresa de caridad.

Si bien no hay pruebas de la existencia de una relación causal directa entre la rápida intervención de la Sociedad en setiembre de 1946 y la creación de la Fundación en 1948, la ofensiva contra las damas de la caridad fue no obstante una de las iniciativas esenciales hacia el completo monopolio de la obra de asistencia social en manos de Eva Perón.

Esas iniciativas no significaban que la acción progresivamente omnipresente de la Fundación fuese a estar desprovista de referencias católicas. La institución tenía un consejero espiritual muy activo en la persona de Hernán Benítez, quien controlaba a los sacerdotes contratados para dar misas cotidianas y a las religiosas que trabajaban en los hospitales, los hogares de tránsito y demás establecimientos. En cada barrio obrero construído, se erigía una iglesia. Y sin embargo, era evidente que la Fundación revestía a sus actividades desbordantes de un tono mucho más peronista que católico. Así, se incorporaba un ámbito de control social tradicionalmente de la Iglesia, en el que los temas católicos estaban presentes, pero fuera del ámbito de control de las autoridades eclesiásticas.

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Del Tte. Cnel. (R) Adolfo César Philippeaux, militar:

Antes del bombardeo del 16 de junio de 1955, a comienzos de 1952, existió un complot para asesinar a Evita y al presidente Perón, el plan fue descubierto.

En junio de 1955, si querían matar a Perón, si querían voltear al gobierno, hubiesen hecho un ataque por tierra. Pero bombardear la Capital ... la ligó cualquiera, mujeres, niños, inocentes, la gente que andaba por las calles.

Fue un acto criminal al cual no le encuentro justificación.

¿ Qué persona sensata puede creer que una bomba va a darle justo a Perón ?

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De Carmelo Santiago, guionista, redactor de la revista Sintonía, productor de radio y televisión:

El tiempo dio la razón a quienes afirmaban en el comienzo de la década del ´40 que la personalidad de la actriz Eva Duarte guardaba una sorpresa. Evita nunca llegó a ser una gran actriz. Fue en la historia donde logró su verdadero estrellato. En la farándula fue cero.

Recuerdo que en una oportunidad ella agarró el teléfono y llamó a un ministro para pedirle un favor. Como el ministro se negaba, ella le respondió: " Dejáte de embromar. Según la ley número tal y tal vos estás facultado para resolver este problema ".

Nadie puede negar que hizo una obra extraordinaria para el pueblo. Tampoco podemos negar que trabajaba 18 horas diarias, que le quitaba a los ricos y les daba a los pobres.

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Del Sr. Reynaldo Machado, Presidente de la Cámara Argentina de Joyería, Relojería y Afines, y articulista de la destacada revista Estilo Joyero, órgano de difusión de la Cámara Argentina de Joyería:

Don Luis Ricciardi fue uno de los más exitosos y reconocidos empresarios del siglo XX.

Nació en el año 1901. Junto con su madre huyó de la miseria europea. Llegó a la Argentina de pequeño, a principios del siglo XX, desde su Italia natal. Comenzó a trabajar a temprana edad como aprendiz de un taller y llegó, a base de esfuerzo y tenacidad, a crear una de las joyerías más importantes y conocidas del país.

Fue el artífice de muchas de las bellísimas joyas que lució la Sra. María Eva Duarte de Perón, Evita.

En 1950 contaba con más de cuarenta colaboradores en talleres internos - dibujantes, maquetistas, fundidores, engarzadores, pulidores, seleccionadores de piedras - y más de 50 talleres externos en los que descollaban los más importantes artesanos de la época. Los diseños se traían de Francia y se ejecutaban con meticulosa perfección utilizando sólo piedras de óptima calidad.

Producido el derrocamiento del gobierno del Gral. Juan Domingo Perón, la " Revolución Libertadora " intervino la empresa y la sometió a una rigurosa e infructuosa investigación. Se presumía que como Joyería Ricciardi - a la sazón la más importante del país - había sido proveedora a personalidades del gobierno anterior, habría estado involucrada en algún negocio espurio, lo que finalmente quedó totalmente desvirtuado.

En 1959 se inauguró el local de calle Florida al 1000, debajo del Plaza Hotel, alojamiento por excelencia de cuanta personalidad arribaba a la Argentina. Ello permitió contar como clientes a Henry Ford, Vittorio Gassman, Maurice Chevallier, Maia Pliseskaya, Aristóteles Onassis, el Marahá de Jaipur, el hermano del Sha de Persia, presidentes de países, premios Nobel, científicos de renombre mundial y destacados artistas.

Como Evita, Luis Ricciardi tenía un incansable ritmo de trabajo que resultaba agotador para sus colaboradores. Comenzaba sus tareas alrededor de las 10 de la mañana y se extendía hasta las 2 o 3 de la madrugada del día siguiente. Estaba en plena actividad no menos de 16 horas diarias. Se ocupaba de cada uno de los detalles. Desde lo más superfluo hasta las grandes decisiones. Poseía una enorme intuición y un envidiable sentido común.

Ricciardi no terminó la escuela primaria pero fue una persona excepcional, un grande de la joyería argentina, un ejemplo que demuestra que con tesón y amor todo puede lograrse. Murió el 22 de mayo de 1986.

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De César Tiempo ( Israel Zeitlin ), poeta, escritor, periodista, autor teatral y guionista:

Yo era cronista teatral de un diario de la tarde. Caminando por el centro de Buenos Aires, por calle Corrientes, me encontré con Roberto Arlt. Era pasada la medianoche. Entramos a tomar un cafecito en el bar La Terraza, y allí nos encontramos con dos actrices muy jóvenes, muy delgadas y muy pálidas ... Una era Elena Zucotti y la otra Eva Duarte. Arlt no las conocía, yo sí, pues habían venido a la redacción del teatro más de una vez en procura de un poco de publicidad ... Entre café y café, Arlt se puso a hablar ... y de pronto, sin quererlo, manoteó bruscamente la taza que estaba tomando la Zucotti, volcando su contenido sobre el vestido de la Duarte. Arlt exageró su consternación y con un gesto teatral se arrodilló ante la anónima actriz pidiéndole perdón. Evita se puso de pie y corrió hasta el baño a recomponerse. Cuando volvió tuvo un acceso de tos y sonrió, indulgente.

" Me voy a morir pronto " - dijo Eva Duarte sin dejar de toser y de sonreir.

_ No te aflijás, pebeta - intervino Arlt. Yo que parezco un caballo, me voy a morir antes que vos.

_ " ¿ Te parece ? " - preguntó Eva Duarte.

_ ¿ Cuánto querés apostar ? - contestó Arlt.

Pero no apostaron nada. Como dato curioso quiero destacar que el escritor Roberto Arlt falleció el 26 de julio de 1942. Y Evita, la hermosa actricilla del episodio, diez años después, exactamente el 26 de julio de 1952.

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De Carlos Jorge Bacchetta, fotógrafo:

A finales de la década del treinta el actor Tomás Simari le presenta al fotógrafo Nicolás Schönfeld a una joven actriz de radioteatro para hacerle unos retratos. Se trataba de María Eva Duarte Ibarguren, nada menos que Evita. Desde ahí en adelante, Schönfeld se convertirá en el fotógrafo privado y predilecto del matrimonio Perón.

Según informaciones diversas, varias fotos se hallan en el Museo de la ciudad de Santa Fe.

A través de sus trabajos, de su arte y de su fina sensibilidad, perdurará en el tiempo y en la memoria como uno de los más importantes fotógrafos argentinos. Nicolás Schönfeld nació en Hungría pero adoptó la ciudadanía argentina como primera actitud al llegar a la República Argentina.

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Del Lic. Pablo Vázquez, representante de la Biblioteca y del Archivo del Instituto Nacional Eva Perón - Museo Evita de Argentina:

Un cáncer de matriz detectado en 1950 avanzó tanto como avanzó su lucha. Redobló su obra en la Fundación, impulsó al Partido Peronista Femenino, profundizó su relación con la CGT y se desvivió en dignificar al pueblo.

El 22 de agosto de 1951 iba a legitimar su poder con una demostración del pueblo. Y otro golpe duro se produjo. La presión militar y de la oposición impuso su renuncia. Luego - tras el intento de golpe del Gral. Menéndez - la provisión secreta de armas a la CGT y el intento de milicias armadas fue abortado por quienes luego volverían esas armas contra Perón.

El 17 de octubre de 1951, dedicado a ella, fue una despedida al pueblo y a su hombre.

Siendo las 20.25 horas del 26 de julio de 1952, Evita muere y con ella muchas esperanzas. Los atentados del ´53, el bombardeo del ´55 y el posterior golpe eran el corolario de ese final anunciado.

Pero aún hay más: el secuestro del cadáver a fines de 1955 y su profanación anticipó el método de las bestias, un antecedente de lo que vendría. Cuando su cadáver regresa al país, en 1974, José López Rega y sus AAA incrementan el escarnio, al negarle a la familia Duarte ver el cuerpo de Evita. Recién el Proceso, en 1976, autorizó que pueda ser llevado a su bóveda familiar.

Queda potenciar nuestro compromiso con Evita, luchar al servicio del otro, bajo la doctrina peronista como fuerza revolucionaria de la Patria.

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De María Marta Sucarrat, escritora, autora del libro Vida sentimental de Eva Perón, de Editorial Sudamericana, 176 páginas, año 2006:

En marzo de 1999, Nilda Argentina Quartucci - hija del fallecido actor Pedrito Quartucci - presentó una demanda de filiación ante el Juzgado 38 de la jueza Dra. Mirta Ilundain. En el escrito, Nilda dice haberse enterado a los 28 años de que Eva Duarte era su verdadera madre y solicita un estudio de ADN para confirmar el vínculo. Los familiares de Evita no han accedido a que se extraigan del cadáver de Eva Perón las muestras necesarias.

Se ha podido efectuar el examen a Felisa Bonorino, mujer de Quartucci y supuesta madre de Nilda, y quedó demostrado que no había filiación entre ellas.

La versión indica que Evita mantuvo una relación con Quartucci y habría dado a luz a Nilda, en una clínica de Acoyte y Medrano, el día 26 de octubre de 1940, asistida por la partera Emilia Conte. El ex marido de Nilda Quartucci, Isaur Panzeri, sostiene que el actor Pedro Quartucci le había dicho a Evita que la niña nació muerta, y a su mujer, Felisa Bonorino, que había una beba abandonada y decidieron anotarla como propia.

¿ Sensacionalismo oportunista u otro intento por desprestigiar a Evita ?

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De Lydia Lamaison, docente, actriz de cine, teatro y televisión, Ciudadana Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y Premio Konex de Platino a la Actriz de Televisión:

Compartí el elenco del filme " Una novia en apuros " con Evita y Quartucci.

¿ Evita tuvo una hija ? Vamos ... una cosa así se hubiera sabido enseguida en el ambiente.

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De Gabriel Cocimano, Licenciado en Periodismo, ensayista, investigador y escritor:

Joven, rebelde y carismática, dueña de un romanticismo épico y heroico, de una presencia corporal deslumbrante y de una pasión inquebrantable, Evita encarna el ideal de justicia social en una nación - y, más aún, un continente - que conoce la opresión y la desidia del poder hegemónico y de su clase dirigente.

Evita ha quedado definitivamente instalada como arquetipo y paradigma.

Apropiada por la maquinaria cultural y las leyes del mercado, ha sido devorada por su propia imagen, que logró trocar sus militancia concreta y activa para convertirla en objeto de marketing.

Frágil pero enérgica, dulce o combativa, el recuerdo popular aún la venera como una especie de ángel tutelar que ayudó a los marginados sociales, a los niños, a los ancianos y a las mujeres trabajadoras.

Logró canalizar fantasías colectivas, y el amor y el odio que encendió la ha convertido en única. Rodeada de virtudes excepcionales - verdaderas o novelescas - que la ha dotado de una sobrehumana dimensión, es difícil prever qué versión quedará arraigada en el imaginario popular de las generaciones venideras. El mito estará siempre allí, para sostener la llama de un personaje que logró convertirse en leyenda de pasión.

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De Luis Elías Sánchez, fotógrafo del diario argentino Noticias Gráficas:

El 16 de junio de 1955 me habían mandado a Plaza de Mayo para cubrir el anunciado desfile aéreo en homenaje al prócer Gral. José de San Martín, cuyos restos están depositados en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, frente a Plaza de Mayo.

Estaba tomando un café en un barcito de Diagonal y Florida, cuando de pronto escucho una sorpresiva y fuerte explosión.

Me dirijo urgente a Plaza de Mayo y me encuentro con gente corriendo despavorida, gritando: " ¡ Están bombardeando, están bombardeando ... ! ".

Lo primero que veo es a un hombre tirado en el suelo, muerto, bien vestido, sobretodo y portafolio. Esa fue la primera foto que tomé. Cuando me doy vuelta veo lo del trolebús, a diez metros. Personas con la cabeza colgando. Subí al trolebús. Era un encharque de sangre. Los pasajeros murieron reventados, había más de 60 personas. Fue espantoso, había gente muerta en la calle, brazos desparramados ...

Antes de que pasara el último avión apareció un camión pintado de blanco, un volcador de la Municipalidad, cerca de 6 o 7 empleados con horquillas levantaban los pedazos. Ni pala ni otra cosa, con horquilla, alzaban cabezas, trapos, todo al montón. Realmente espantoso.

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De Benito Lemos, sobreviviente del trolebús 305 que fue alcanzado por el bombardeo del 16 de junio de 1955:

Soy el único sobreviviente de ese trolebús. Tenía 26 años y trabajaba como empleado del Banco Central, en el microcentro.

El 16 de junio de 1955, viajaba en el trolebús 305, lleno de pasajeros. Estaba sentado en el último asiento, leyendo un libro. De pronto, pasadas las 12.40 horas, al pasar el vehículo por calle Victoria ( Hipólito Yrigoyen ) sentí un tremendo estruendo. La bomba no cayó en el trolebús, cayó adelante. Pero la onda expansiva nos alcanzó. Me ví cubierto de sangre y rodeado de cadáveres. Me tiré hacia la calle por la parte de atrás. No sé cuánto tiempo después, alguien me recogió y me llevó a la Asistencia Pública, en Esmeralda 66, donde hoy está la plaza Roberto Arlt. Después me llevaron al Hospital Durand y estuve internado bastante tiempo. Si no hubiera salido del trolebús habría muerto ametrallado o quemado.

Yo no era peronista y fui víctima del bombardeo, una paradoja. Es la locura de la violencia.

La obsecuencia con el gobierno era opresiva, pero se trabajaba y se vivía, si lo comparo con lo que vino después, qué bien estabamos entonces ...

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De Jean Huteau, periodista, corresponsal del diario parisino Le Monde y de la Agencia France - Presse ( AFP ) en Buenos Aires:

La AFP me encomendó la tarea de reportear los hechos del 16 de junio de 1955.

Cuando llegué a Plaza de Mayo ví la cosa más atroz. Un trolebús soplado, la carrocería no se había quemado y ya se habían llevado los cadáveres, pero en las paredes del trolebús había pedazos de carne pegada y un perfil humano, como una silueta dibujada con sangre.

Al presentar mi informe, los directivos de la AFP encontraron mi reportaje demasiado crudo para ser publicado. Eran otros tiempos, ahora muestran cada cosa por televisión ...

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De Leonardo Torresi, periodista del Diario CLARIN:

El profesor Pinélides " Pinucho " Fusco, fotógrafo, acompañó al matrimonio Perón y registró los actos oficiales.

La formación académica y una notable sensibilidad estética son evidentes en todos sus trabajos.

Pinélides Fusco fue pionero del fotoperiodismo color en la República Argentina.

Eduardo Fusco, hijo del destacado fotógrafo, afirma " que Evita le permitiera a mi padre tomarle una foto con el cabello suelto es realmente una muestra de la confianza que le brindaba. Cuando derrocaron a Perón, en 1955, quisieron hacerle firmar a mi padre que las fotografías con grandes multitudes eran trucadas. Papá no aceptó, por supuesto ".

Son de la autoría de " Pinucho " Fusco: el abrazo de Evita y Perón en el balcón, 17 de octubre de 1951; Evita con los cabellos al viento; Evita votando en su cama, enferma de cáncer.

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Del Lic. Alejandro Garvie, docente, investigador, periodista, licenciado en Ciencias Políticas, escritor, autor del muy interesante libro " La economía peronista ( 1946 - 1955 ) ", de Editorial Longseller S.A , 96 páginas, año 2002, Buenos Aires, Argentina:

Hablar acerca del peronismo no es tarea sencilla.

En momentos en que la Argentina se debate en una crisis económica, política y social, el hurgar en el pasado para buscar soluciones posa una mirada sobre el desempeño económico de los dos primeros gobiernos del Gral. Juan Domingo Perón, realidades signadas por el intento de forjar la Soberanía Política, la Independencia Económica y la Justicia Social.

Ningún otro proyecto nacional ha logrado encolumnar al grueso de la sociedad tras de sí, ni crear una mitología tan poderosa como la del peronismo.

Las medidas económicas aplicadas por Perón, ( Compra de la deuda externa, Modificación de la estructura económica del país, Nacionalización de los servicios públicos, Regulaciones de precios y salarios, Universalización de la previsión social, la educación y la salud públicas, y Fuerte redistribución del ingreso de las capas más bajas de la población ) emanadas de su visión política y trazadas en los Planes Quinquenales, a la luz de los resultados parecen haber redundado en un escaso rendimiento económico.

En la estrategia económica autárquica estaba implícita la particular inserción de la Argentina en el mundo. Perón elaboraría su propuesta de " Tercera Posición ", lo que en el slogan popular quedó expresado como " Ni yanquis, ni marxistas: peronistas ". La Segunda Guerra Mundial había dividido al mundo en dos polos de poder que tampoco contemplaban a la Argentina, sino como uno que debía alinearse con algún bando. La " Tercera Posición " era una inteligente postura de negociación que permitía aprovechar lasa coyunturas y comprar y vender a países de ambos bloques ( Occidente y la U.R.S.S ), según fuera la conveniencia. Pero ese margen de maniobra duraría mientras no fuera imperiosa la necesidad de obtener divisas.

La idea nacionalista de América Latina unida en una sola nación estuvo presente en la política exterior del peronismo a cargo del canciller Juan Atilio Bramuglia.

En marzo de 1946 se dispuso la nacionalización del Banco Central de la República Argentina ( BCRA ) y de todos los depósitos. Esto significaba que el estado definía la cantidad de dinero circulante y la orientación del crédito hacia áreas que considerara prioritarias, fijaría el tipo de cambio, la tasa de interés y el nivel de liquidez del mercado.

Un ex empleado de la firma Bunge & Born, devenido en empresario hojalatero, se convirtió en el primer presidente del BCRA bajo el nuevo régimen. Miguel Miranda se instaló en el corazón del nuevo sistema económico peronista que tenía otra organización clave: el Instituto Argentino para la Promoción y el Intercambio ( IAPI ).

La función del IAPI era comprar toda la producción de carnes, sebo, cueros, cereales y oleaginosas a un precio determinado, colocarla en el mercado local y exportar el excedente. Esta operación tenía la finalidad de compensar las abruptas fluctuaciones de los precios de los productos primarios, que además se cotizaban en moneda extranjera, para lo cual el IAPI fijaba un precio medio. De este modo el IAPI negociaba directamente con los gobiernos de otros países y se hacía de las divisas que el Estado redistribuía del campo a la industria.

Para completar el círculo de la política económica peronista era muy importante que quedaran bajo el control de los intereses nacionales las empresas de servicios.

El caso de la nacionalización de los ferrocarriles fue uno de los más afamados y discutidos, porque además abarcaba el problema de las deudas que Gran Bretaña tenía con la Argentina, debido a las libras inconvertibles que mantenía congeladas. Grandes discusiones se desataron, la oposición acusó al peronismo de haber pagado con oro un montón de chatarra, de haber dilapidado las reservas y de haber priorizado el pleno empleo y las políticas sociales a un costo muy elevado; los defensores aseguran que Perón pagó una suma razonable pero pagó caro el haberse enfrentado a los poderes dominantes, la oligarquía y sus socios extranjeros.

Junto con ferrocarriles, los frigoríficos y los servicios telefónicos fueron nacionalizados por el Estado. Distinta fue la suerte de la empresa de servicios eléctricos que permaneció en manos privadas.

Fueron nacionalizadas poderosas firmas alemanas ( Siemens, Bayer, Thyssen, Anilinas Alemanas, Mannesmann, etc. ) y pasaron a formar la Dirección Nacional de Industrias del Estado ( DINIE ) que en la práctica resultaron empresas mal administradas, subsidiadas, protegidas por aranceles de importación, y el directorio de la DINIE fue permeable a los intereses de empresas privadas tanto nacionales como extranjeras.

Una de las causantes de la crisis que se desataría en 1949 era la falta de incentivos para la producción agropecuaria. Como la producción de granos carecía de incentivos, muchas hectáreas se destinaron a la ganadería. Las importaciones de maquinarias, combustibles e insumos que el país no producía, fueron liberadas del pago de derechos aduaneros, con lo que ayudaron también a subsidiar la industria, a costa del erario público que se vió privado del ingreso de los cánones de importación.

La duplicación de empleados públicos por efecto de las nacionalizaciones y el alza de los salarios jugaron en contra del proceso.

El Estado compraba a través del IAPI las emisoras de radio y periódicos, borrando de la faz pública las críticas a su gobierno.

Para colmo de males, la recuperación posguera de los países beligerantes fue rápida y los precios de productos primarios cayeron un 30 %. La reconstrucción de Europa tuvo lugar gracias a la intervención de Estados Unidos, concretada a través del Plan Marshall. El Plan Marshall asestó el golpe definitivo al modelo peronista porque marginó a la Argentina de la posibilidad de exportar carnes y cereales. Ni siquiera Brasil, que había enviado combatientes a la Segunda Guerra Mundial, se salvó de ser excluído de los mercados europeos por el creciente poderío de los Estados Unidos, que se presentaba como el líder del mundo occidental.

Además, se sumó una sequía que arrasó con la posibilidad de cosechar 10.000.000 de toneladas de granos.

La balanza comercial presentó un déficit de 140.000.000 de dólares ( diferencia entre lo que se importa y exporta ), y el Estado debió enfrentar el pago de grandes masas salariales y el mantenimiento de la infraestructura productiva.

Se gestionó un crédito internacional con el Eximbank para salir del problema financiero y se inició una serie de reformas políticas e institucionales para acomodarse a la nueva situación. Se reformó la Constitución Nacional agregando la reeleción presidencial y una serie de artículos que garantizaban, por ley suprema de la Nación, el derecho al trabajo en el marco de la función social del capital y la propiedad, y la nacionalización de todos los recursos naturales y las empresas de servicios públicos. También se reformó la Carta Orgánica del Banco Central, con el fin de hacer inconvertible el peso ante la inexistencia de oro respaldatorio.

La economía argentina se fue recalentando, desatándose la puja distributiva a través del ciclo de devaluación, suba de precios y tarifas. Es decir, inflación.

Los poderosos sindicatos dispusieron huelgas y protestas, y el Banco Central de la República Argentina perdió el control de los resortes económicos que pasaron a ser compartidos por las Secretarías de Economía y Finanzas. Miranda renunció y lo sucedieron, en la conducción económica y desde las nuevas secretarías, Alfredo Gómez Morales, Antonio Cafiero y Roberto Ares.

El entorno de Perón se enrareció, tras la renuncia de Miranda y el alejamiento de intelectuales y funcionarios nacionalistas que veían que el gobierno viraba hacia posiciones económicas ortodoxas.

En un acto de torpeza política, el diario La Prensa fue expropiado, irritando a la oligarquía que se expresaba a través de él.

Se produce el primer intento militar para derrocar a Perón, setiembre de 1951, condenado al fracaso. El incidente mostró una Argentina dividida entre peronistas y antiperonistas.

Los peronistas se catalizaban ante la sola mención de Perón y su esposa Evita, pero organizaban huelgas y protestas, producto de las decisiones de la política económica del gobierno. Tal fue el caso de las huelgas ferroviarias del año 1951. Los antiperonistas, los liberales, los conservadores, los comunistas, los socialistas, los radicales, la oligarquía y el Ejército, reaccionaban en contra del binomio en forma visceral.

Con este ambiente se llegó a las elecciones del 11 de noviembre de 1951, las que contaban con el voto femenino, derecho logrado por Eva Duarte de Perón, Evita.

Con limpieza de elecciones y en una victoria aplastante triunfaría el peronismo.

Eva Perón, la primera dama, la que desde su Fundación llevaba ayuda a todos los necesitados, el operador político con los obreros y con los líderes sindicales, la Abanderada de los humildes, la verdadera sostenedora de las luchas populares, fallecería de cáncer el 26 de julio de 1952 y dejaría a los trabajadores en la tristeza más profunda. Su última aparición pública fue durante el acto de asunción de Perón a su segunda presidencia.

Cercado por la oligarquía, Perón iniciaría su segundo gobierno signado por el cambio de rumbo económico y la verticalización de su partido.

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De Delia Maldonado, enfermera de la Fundación Eva Perón:

Hasta que entré a trabajar al lado de Eva Perón yo creí ser una buena enfermera, pero estaba equivocada. Mi trayectoria en la carrera es muy larga y variada, además de ejercer mi profesión en institutos y sanatorios he sido tripulante de un barco como enfermera de abordo. Todo ello me dio oportunidad de conocer los más diversos ambientes y clases sociales. Pero ningún medio me sorprendió tanto como fue el hecho de conocer y trabajar al lado de Evita. Nunca encontré una personalidad tan sorprendente porque en ella había una forma de ser y de accionar que no hallé en ninguna otra persona. Tenía una manera de persuadir y de decir las cosas que a diario me sorprendían porque hasta entonces nadie me había hablado ni hecho ver el sentido especial que tenían.

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Del Dr. Hugo Chumbita, abogado, historiador, investigador, escritor, articulista de la revista Todo es Historia, editada por el Dr. Félix Luna, Buenos Aires, Argentina:

Perón conoció a María Eva Duarte, actriz y activista del gremio radiofónico, en enero de 1944, en la colecta por el terremoto de San Juan.

El resentimiento de Evita ante las injusticias sociales no era ajeno a las humillaciones que sufrió desde niña por ser hija natural. Su padre, Juan Duarte ( 1889 - 1926 ), un hombre de fortuna, tenía su familia legal en Chivilcoy y tuvo cinco hijos con Juana Ibarguren en Los Toldos. Allí nació Evita en 1919. En la partida que presentó al contraer matrimonio figuraba como hija legítima, nacida en Junín el 7 de mayo de 1922. El casamiento se celebró el 22 de octubre de 1945 en la Oficina del Registro Civil de Junín, donde residía entonces doña Juana Ibarguren. Posteriores investigaciones comprobaron que la partida original de ella fue sustraída y se fraguó otra en Junín para ocultar su condición de hija extramatrimonial. Perón, para obviar papeles,figuró en el acta de matrimonio como soltero. En diciembre del mismo año se casaron por iglesia en la ciudad de La Plata.

La relación con una actriz era considerada desdorosa, especialmente, para la mentalidad de muchos colegas de Perón, y generó enconos cuando Evita adquirió creciente gravitación en su entorno. El general Eduardo Avalos reconoció que había sido uno de los motivos del planteo militar contra Perón en 1945. Sin embargo ese vínculo se sobrepuso a todo. Hay que pensar que los unía el origen popular de ambos, la búsqueda de una reparación a la vez personal y social que se resumía en su causa política.

Otro flanco que buscaron los opositores fue la cuestión de su madre india, su nacimiento ilegítimo y la irregularidad de su legajo militar. Planeaban denunciarlo en la campaña electoral, y Perón le advirtió a su hermano Avelino, en enero de 1946: " estos crápulas insistirán con vaya uno a saber qué cosa para usar en nuestra contra."

Juana Sosa, la madre de Perón, era de ascendencia indígena. Su madre, Mercedes Toledo, oriunda de Azul, hija de Victoria Gauna, era de sangre tehuelche o aoniken, según la tradición de sus familiares del sur, de la cual dan fe varios voceros de las actuales comunidades indias patagónicas. Dona Mercedes Toledo - " mi abuela inmemorial " recordaba Perón, " una mujer machaza, que conocía todos los secretos del campo " - vivió con su compañero Juan Ireneo Sosa en la zona de las quintas de Lobos, y tuvieron siete hijos, cuatro mujeres y tres varones; Juana era la mayor de todos. Por lo que se sabe, Juan Ireneo Sosa era de estirpe quechua, nacido en los pagos de Guasayán, en Santiago del Estero, y vino de puestero a una estancia cercana a Lobos, trabajando después como resero y albañil.

Los ascendientes de Perón por la rama paterna se remontan a Tomás Mario Perón, un inmigrante que en 1831 llegó a Buenos Aires desde Cerdeña, aunque al parecer era italiano. Hizo cierta fortuna dedicándose al comercio, cuentan que de zapatería, y se casó con Ann Hughes Mackenzie, segunda hija de una familia británica radicada en el país en 1825; de sus padres sólo se sabe que él era carpintero y la madre, por el apellido, de procedencia escosesa. El matrimonio Perón - Hughes tuvo siete hijos, cuatro varones y tres mujeres. El primogénito, Tomás Liberato Perón ( 1838 - 1889 ), fue un médico que alcanzó notoriedad y se codeó con la clase alta porteña, fue diputado en la provincia de Buenos Aires, publicó numerosos artículos de divulgación científica, se destacó como higienista y profesor universitario de Medicina Legal y de Química. Se había casado en 1867 con Dominga Dutey, una viuda joven, uruguaya de Paysandú, de familia vasco - francesa, con la que tuvo tres hijos. El mayor de los hijos del Dr. Tomás Liberato Perón fue Mario Tomás Perón ( 1867 - 1928 ). Mario Tomás Perón inició la carrera de medicina, pero contrajo una enfermedad pulmonar y abandonó los estudios. En 1891 se trasladó a Lobos, donde su padre había hecho ciertas inversiones en campos y ganados en sociedad con un ex condiscípulo de la facultad, el Dr. Eulogio Del Mármol. Mario consiguió a través de él un empleo como auxiliar en la justicia de paz; también fue encargado de una estancia y se ocupó de otros negocios y actividades rurales. En ese tiempo conoció a una jovencita humilde, Juana Sosa, que probablemente ayudaba en las tareas domésticas en la casa de los Del Mármol u otra familia de Lobos, e inició con ella una relación de la que nacieron dos hijos, Avelino y Juan Domingo.

Al primer niño, Avelino Mario, nacido el 30 de noviembre de 1891 y anotado como hijo natural de Juana Sosa ( por declaración de un allegado, Martín Del Mármol ), Mario Perón lo reconoció mediante otra acta labrada en la oficina local el 11 de agosto de 1894. A Juan Domingo lo inscribió el 8 de octubre de 1895 como " hijo natural del declarante ", nacido " el día de ayer a las 10 ante meridiano " o sea el día 7, sin mencionar quién era la madre ( pues la ley lo prohíbe no estando ella presente en el acto ). Luego el 14 de enero de 1898, en ausencia del padre, fue bautizado en la parroquia de Lobos como " Juan Domingo Sosa ", hijo natural de Juana Sosa, nacido el 8 de octubre de 1895.

Mucho tiempo después, el general Perón refirió a su médico Antonio Puigvert y a su biógrafo Pavón Pereyra que su padre lo había anotado con dos años de retraso, por lo que su verdadera fecha de nacimiento sería el 7 de octubre de 1893. Pavón Pereyra aseveraba que también le dijo haber nacido en los campos donde luego se edificó la localidad de Roque Pérez, lo cual coincide con varios testimonios de pobladores del lugar. Según la tradición familiar, doña Dominga lo apremió a Mario para que legalizara su situación familiar. Así fue que Mario Perón y Juana Sosa celebraron el matrimonio civil en la ciudad de Buenos Aires, el 25 de septiembre de 1901; y en el último párrafo del acta correspondiente reconocieron como hijos suyos a Avelino y a Juan Domingo.

El origen mestizo de Perón permite entender el carisma de su liderazgo, su habilidad para interpretar y concitar la adhesión popular, como un fenómeno de mutua atracción. La base del peronismo, y en particular su columna sindical, se nutrió de los " cabecitas negras ", la nueva clase obrera que afluía de las provincias al cinturón fabril de la capital y el conurbano, así como de los agricultores y proletarios rurales del interior. Estas capas sociales, cuya renovada composición mestiza se acentuaba desde 1930, respondieron a un llamado de reivindicación social y cultural. Entre ellos ellos y el líder hubo gestos, señas, mensajes explícitos e implícitos que soldaron esa relación. Su obra perdurable fue satisfacer las demandas de los trabajadores: " Hay algo que no me podrán quitar: lo que he dado ".

En un país donde, desde época colonial, la distancia entre masas y élites se fundó en la dicotomía entre " blancos europeos " y " razas inferiores ", la posición del mestizo conllevaba un dilema. Gracias a sus ascendientes europeos - por línea paterna - Perón puedo acceder a una posición relativamente privilegiada, a través de la carrera militar. Pero a la par, su lado materno lo identificaba con la " gente de la tierra ", comprometiéndolo con la masa popular.

Esa tensión se proyectó en su empeño por " organizar la nación " y realizar " una democracia social ", buscando conjugar las tradiciones con la innovación, agudizando y tratando a la vez de conciliar esas contradiciones.

Perón fue un revolucionario conservador, un idealista práctico, un voluntarioso fatalista, un emergente de la doble matriz cultural en nuestro país, donde la pugna por definir su identidad histórica sigue abierta.

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De Ramón Carrillo ( h.), investigador del Conicet, geólogo, hijo del Dr. Ramón Carrillo:

Mi padre se llevó muy bien con Evita y su Ministerio trabajó codo a codo con la Fundación.

A comienzo de la década del ´40 había conocido el deplorable estado de muchos argentinos, a quienes revisaba antes de que se enrolaran en el servicio militar. Eso le sirvió para armar un plan sanitario nacional.

Era un notable cirujano hasta que dejó esa carrera para dedicarse al sanitarismo y convertirse, en 1946 y de la mano de Perón, en el primer ministro de Salud de la República Argentina.

Luego de la muerte de Evita empezó a caer en desgracia, y renunció en 1954. Apenas dos años después, en 1956, moría pobre y trabajando con los indios en Belem, en el norte de Brasil.

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De Libertad Demitrópulos, escritora, autora del libro Eva Perón, editorial Centro Editor de América Latina, 158 páginas, año 1984, Buenos Aires, Argentina:

En 1955, derrocado el gobierno peronista, el antiperonismo cayó sobre la figura de Eva Perón tratando de borrar con saña y encono todo rastro de lo que ella realizara en su breve paso por el mundo. Se paralizaron todas las obras que realizaba la Fundación, se quemaron públicamente todos los retratos de Evita, se transformaron en cenizas los centenares de miles de frazadas, ropa, alimentos, juguetes, medicamentos, camas, enseres y todo lo que hubiera pertenecido a la Fundación, grandes hogueras tragaban sus libros. En la residencia presidencial se organizó la exposición de las alhajas, vestidos, zapatos y tapados de Eva Perón. El odio continuó con la subasta de todas sus pertenencias cuyo monto nunca se supo dónde fue a dar porque nadie rindió cuenta.

Pero aún muerta Eva Perón seguía produciendo escozor en sus enemigos. El 13 de noviembre de 1955 el general Pedro Eugenio Aramburu reemplazó al general Eduardo Lonardi. Entonces se designó al teniente coronel Carlos Eugenio Moori Koenig como jefe del Servicio de Informaciones del Ejército. Y fue este militar quien, encabezando una comisión militar, la noche del 22 de diciembre de 1955, se apoderó del cadáver. Durante muchos años el pueblo peronista ignoró el paradero del cuerpo de Eva Perón.

Tras larga lucha popular, otro gobierno militar se vio obligado a devolver el cadáver de Evita a su esposo, como símbolo de pacificación. Más tarde, Isabel Perón, siendo presidenta de la República Argentina, restituyó al país los restos de quien, superando la categoría de líder de un movimiento, se ha transformado en bandera de la causa más justa: la de la justicia social.

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Del Dr. Francisco José Barbagallo, médico:

En junio de 1955 era practicante en el Hospital Argerich, yo tenía 22 años.

Viví la jornada del bombardeo del día 16.

El Hospital Argerich fue uno de los principales lugares de recepción de los heridos y de los muertos por el bombardeo. Venían en camiones.

Era tal el caos, los gritos y la desesperación, que resultaba imposible llevar un registro ordenado de las víctimas. Por sucesivas inundaciones se perdieron esos archivos, y la Asistencia Pública, en calle Esmeralda 66, ya no existe. Fueron los dos principales centros de recepción de víctimas. Por eso las variaciones sobre el número exacto de muertos y de heridos.

Recuerdo que atrás de una de las puertas de la morgue había una pila de trozos de cadáveres identificables. Brazos, piernas, manos. Como un rompecabezas para armar. Gente mutilada y también carbonizada. Tengo presente la imagen de una persona, creo que era hombre, totalmente carbonizado, en posición como parado, negro como carbón, y no se desarmaba. Nunca podré olvidarme de todo eso, jamás.

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De Elena Fernícola, legisladora nacional:

Conocí a Evita por intermedio del general Edelmiro Farrell. Y conocí al general Farrell en la forma más fantástica que uno se pueda imaginar. Fue en Misiones.

Un día encontrándome en nuestra casa con toda mi familia, fuimos sorprendidos por un despliegue inusitado de fuerzas de seguridad, policías y soldados. De pronto nos avisan que el presidente de la Nación, mejor dicho que el presidente de facto, general Farrell, iba a hacernos una visita. Menudo revuelo en mi casa y no menor sorpresa. Abrimos la puerta de la casona y la sala para recibirlo y acto seguido hace su entrada el general Farrell quien saluda a toda la familia en forma sencilla y cortés. Después de tomar asiento y al preguntarle qué gustaba servirse dijo que mate. Luego, campechanamente, nos explicó que al realizar una visita oficial a Misiones quiso tomar contacto con las familias más representativas y de mayor arraigo de la zona. Al decirle las autoridades que los Fernícola éramos una de esas familias quiso de inmediato conocernos. Al promediar la visita nos habló de una hija suya que pronto contraería enlace en Buenos Aires y que, si aceptábamos, quería invitarnos a asistir a ese casamiento. También nos dijo que quería presentarnos al coronel Perón ( " el futuro presidente de los argentinos ", dijo ) y a Evita.

- Sobre todo quisiera que estas niñas se pusieran en relación con Evita - dijo Farrell.

Se estaba refiriendo a mi hermana Dalila y a mí.

Pasó el tiempo y cuando casi habíamos olvidado la extraña visita recibíamos la participación del enlace de la hija de Farrell y una invitación para asistir al casamiento y a la fiesta que se realizaría en la residencia presidencial.

En medio de la sorpresa hicimos los preparativos. Llegamos a Buenos Aires, compramos ropa para la fiesta, el regalo para los novios lo compramos en la casa Maple y concurrimos a la residencia presidencial un poco fascinadas por lo increíble que estaba resultando todo. En lo mejor de la fiesta, cuando ya el general Farrell había cantado a voz en cuello, tocado la guitarra, bailado tangos, vino a buscarnos y nos dijo: - Vengan niñas que voy a presentarles a Perón y a Evita.

De pie junto a la puerta de un salón estaba la pareja formada por el coronel Juan Perón y Eva Duarte: jóvenes, sonrientes, felices, llenos de vida.

- Aquí están estas bellas representantes misioneras - dijo Farrell -, quiero que las conozcan, son de ley.

Después, dirigiéndose a Evita dijo Farrell: - Evita, si vos hablás con ellas y las convencés, son dos elementos muy valiosos.

Entonces Evita nos dijo que estaba por comenzar la campaña presidencial del coronel Perón, que ella iba a participar activamente y que necesitaba en las distintas provincias mujeres que la secundaran para realizar el trabajo político. Porque participando en esa campaña, si ganaba el coronel, con la ayuda de la mujer, ya estaría el camino abierto para ir detrás del voto femenino y así la mujer tendría la oportunidad de elegir y ser elegida. Pero hay que empezar desde ahora - dijo. Nos pidió y anotó nuestros nombres y dirección y dijo que nos haría llamar en el momento preciso.

Volvimos a Misiones. Poco después recibimos un telegrama firmado por Evita en el que nos pedía bajar a Buenos Aires. Mi hermana y yo éramos maestras y nos resultaba difícil solicitar licencia. Pedimos licencia sin goce de sueldo y a partir de ahí la vida nos había abierto otro destino que era estar permanentemente dentro del peronismo.

Junto con otras mujeres que habían venido del interior y algunas de Buenos Aires ( entre ellas Delia Parodi ) Evita empezó a enseñarnos a trabajar en la política, nos tenía de un lado para el otro, acompañándola a todos lados, indagando, escuchando problemas, viendo cómo los solucionaba, aprendiendo, hasta que al finalizar el día caíamos rendidas aunque ella tenía fuerzas para continuar.

" Pongan atención, que este problema puede presentárseles en su provincia ", decía.

Quería que aprendiéramos concretamente, pero también por convicción y por fe. La convicción fue naciendo al lado de ella y nutriéndose en el análisis de los hechos, en el motivo que los originaba y en las consecuencias que tenían. Su ejemplo más que nada era lo que nos convencía. Un día nos dijo: " Bueno, ahora es tiempo de que cada una parta a su lugar de trabajo ".

Y nombró Delegadas Censistas en las distintas provincias a cada una de las mujeres que la acompañábamos diariamente. Solamente a mi hermana Dalila y a mí nos mandó a Misiones, es decir a nuestro terruño. A las restantes las mandó a distintas provincias de donde procedía. Teníamos permanente contacto con ella por notas, telegramas, teléfono. Cuando hacía falta bajábamos a Buenos Aires donde de inmediato nos atendía y se interiorizaba de todo.

Evita se empeñó en fundar el Partido Peronista Femenino, y nos explicaba las razones que la movían a ello, como mujeres entendíamos de inmediato; todas las mujeres saben que tienen problemas propios, no es una actitud de enfrentamiento con el hombre, nada de eso. Quería llevar mujeres al Congreso para que defendieran a las mujeres; quería sacar la ley del voto femenino y con su impulso se consiguió.

Como yo procedía de un territorio nacional ( Misiones lo era entonces ) que no aportaba diputados, me hizo nombrar, con la primera elección femenina de 1951, Delegada Nacional de Misiones ante el Congreso de la Nación, con categoría de Legisladora, y me encargó presentar el proyecto de Ley de provincialización de territorios nacionales, proyecto que fue aprobado por las Cámaras. Todo el pueblo de la Nación - según Evita - merecía igual consideración, igualdad ante la ley. Desde entonces, territorios nacionales pasaron a ser provincias. Nadie, antes que Evita y sus brazos ejecutores que fuimos las legisladoras, había reparado en esta rémora nacional. Al categorizar nuestro terruño estábamos categorizando a sus hombres y mujeres, sus riquezas, su niñez, su futuro. Y sentábamos el principio de igualdad ante la ley. Ya no habrían más provincias y territorios, que es como decir hijos y entenados.

Yo a Evita la siento tan viva, es decir su pensamiento y la pasión que la movía. Cuando ella murió, Perón nos dijo a mi hermana y a mí: - Fernícola: lloren porque han perdido a su madre.

Pasa el tiempo, envejecemos, pero la figura de Evita reverdece, y ha quedado lo que ella fue: una llama que ardió alumbrando un camino que cada vez parece más claro, más correcto.


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Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.


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