DOCUMENTOS SOBRE EVA DUARTE DE PERON 


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María Eva Duarte de Perón / Evita. Argentina 1919-1952

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HISTORIAS, ANECDOTAS y TESTIMONIOS 

Evita en el Hogar de Tránsito Nº 2, hoy Museo Evita, Lafinur 2988, Buenos Aires

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De Alain Rouquié, politólogo francés, embajador y ministro plenipotenciario, Caballero de la Legión de Honor, doctor en Literatura, Presidente de la Casa de América Latina en París, autor de numerosos trabajos y publicaciones sobre democracia y política en América Latina:

Me cuesta entender el justicialismo porque cada vez que le pregunto a un peronista qué es el peronismo encuentro tantas respuestas como peronistas hay.

Las reformas sumamente importantes e históricamente decisivas del 43 al 46, al inicio del peronismo, cambiaron socialmente al país. Es un sentimiento que muchos argentinos comparten porque en la historia hubo un héroe, Juan Domingo Perón, que cambió la vida social del país, y que precisamente por eso, y aunque parezca paradójico, hay mucho de apoliticismo en ese partido.

La erosiva experiencia traumática de las dictaduras represivas y terroristas fueron décadas de cultura pretoriana, de intervención de las Fuerzas Armadas a favor de sectores, de violencia de Estado. Eso desprolijó bastante, por eso la crisis de los partidos. Carlos Menem desmanteló el Estado de bienestar peronista en nombre del peronismo. Las reformas liberales y las dictaduras han desprolijado a las sociedades y eso debilitó a los partidos.

Recuerdo a ese personaje de la novela de Osvaldo Soriano " No habrá más penas ni olvido " cuando dice " Yo no me meto en política, siempre fui peronista ". Como dice el personaje de Soriano, ser peronista no es hacer política, por eso, todo el mundo es, será o fue peronista, y todos se reconocen en él, salvo una pequeña minoría. Y eso es apoliticismo y despolitización. Quizás sea paradójico decir que el peronismo es apolítico, pero hay mucho de eso.

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De Juan Martini, secretario general de la Federación de Trabajadores del Tabaco de la República Argentina ( FTTRA ):

Hablar de Eva Perón parecería una tarea fácil pero no lo es, mucho se ha dicho sobre ella, para bien y para mal, han hablado los que la conocieron y también los que no saben nada de esta mujer que ha quedado en la historia de los argentinos como un ícono que representa el trabajo, el esfuerzo, la solidaridad y el amor a los demás.

Eva no fue una mujer más, fue " la mujer ", una argentina que tenía un destino del que no pudo ni quiso escapar, un destino que la puso del lado de los necesitados, los sufrientes y los excluídos. Ella, esposa del presidente de la Nación, aprovechó su lugar para luchar por sus descamisados y grasitas, empeñada en convertir tanta tristeza en bienestar.

Pasó días y noches sin descanso, mal alimentada, nadie pudo convencerla de que ese no era el camino que convenía, entonces enfermó, pero eso tampoco fue obstáculo para que siguiera adelante, su débil cuerpo no pudo resistir mucho tiempo ese trajín y llegó el momento de su muerte.

El 26 de julio de 1952 se convirtió entonces en el día más triste para todo ese pueblo que no podía entender esa tragedia, la única persona que les había ofrecido un gesto de cariño los abandonaba.

Evita se fue muy joven, pero no morirá jamás, como los grandes, su figura se acrecienta con el paso del tiempo y sus palabras siguen resonando aún hoy.

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Del Dr. Miguel Angel De Marco, periodista, historiador y escritor, en revista ADN Cultura del diario La Nación, Buenos Aires, Argentina:

Incursionar en temas de la llamada " historia del tiempo presente " exige no sólo un profundo conocimiento de fuentes que por su complejidad parecen poco menos que inasibles, sino también el suficiente equilibrio para evaluar y juzgar episodios de los que se ha sido espectador y tal vez, directa o indirectamente partícipe.

El periodista Hugo Gambini en el tercer volumen de su Historia del peronismo, dedicado a " La violencia ( 1956 - 1983 ), editorial Vergara, 473 páginas, año 2008, dice que este libro no encierra una historia de realizaciones ni de epopeyas, sino que es más bien el paisaje de una Argentina triste, cargada de frustraciones y, sobre todo de muertos. De muchísimos muertos. En efecto, los veintisiete años transcurridos desde los alzamientos de 1955 hasta el fin de la Guerra de las Malvinas reflejan, con algunas excepciones, la intolerancia y la mezquindad de quienes sostuvieron intereses de sectores so pretexto de servir a la República.

Gambini narra con el estilo apasionante de una buena crónica periodística el derrocamiento de Perón y su itinerario en el exilio hasta su llegada a la España de Franco, a la par que se ocupa de la resistencia contra el gobierno de la " Revolución Libertadora ", con el trágico resultado del fusilamiento de civiles y militares, en junio de 1956. En el libro desfilan gobiernos y operaciones políticas de diversa índole en la que se nota la mano del exiliado en Madrid, mientras aparecían en el escenario nacional diferentes organizaciones armadas como los Uturuncos y el Ejército Guerrillero del Pueblo, " los chicos de Tacuara " y la guerrilla en Taco Ralo.

El retorno de Perón, prohijado por el entonces presidente de facto Lanusse con el fin de descomprimir un clima enrarecido y asfixiante por los constantes atentados y asesinatos, lejos de pacificar el país desató una puja entre sectores del peronismo. Muestra como el caudillo no tardó en diferenciarse de aquellos a quienes había alentado desde el destierro, y recuerda su aparición por televisión flanqueado por su mujer Isabel y por el tristemente célebre López Rega.

La violencia - protagonista principal de esta obra -, acrecentada tras la muerte de Perón, es registrada con una exhaustividad que no decae y, al referirse a la represión desde el Estado ejercida tras la asunción del gobierno militar, denominado " Proceso de Reorganización Nacional ", el autor destaca sus rasgos más ominosos.

Cuando concluye la lectura de este libro aleccionador, en el que figuran, como verdaderas " tablas de sangre ", los nombres de miles de muertos, el lector no puede evitar una infinita pena, una inenarrable sensación de pérdida, no sólo por las vidas segadas en un desencuentro interminable, sino por las posibilidades para una nación digna de mejor destino.

Por su parte, en Zona, sección de diario CLARIN Nº 22.526, el historiador Felipe Pigna testimonia que la crueldad no tenía límites en aquella Argentina ocupada de 1976 y esto estaba lejos de ser un defecto para los usurpadores del poder. Era para ellos una de sus virtudes, aquella decisión " inclaudicable " de reorganizarnos, de llevarnos por la " senda de la grandeza ", aquellos " objetivos sin plazos ", aquel " marchemos hacia las fronteras ", " el tiempo y el esfuerzo, esenciales para cualquier logro ", " el achicar el Estado es agrandar la Nación " y toda esa palabrería hueca que escondía el vaciamiento del país y la peor matanza de la historia argentina.

Robert Hill, embajador norteamericano durante la primera etapa de la dictadura militar recordaba que: " Cuando Henry Kissinger llegó a la Conferencia de Ejércitos Americanos de Santiago de Chile, los generales argentinos estaban nerviosos ante la posibilidad de que los Estados Unidos les llamaran la atención sobre la situación de los derechos humanos. Pero Kissinger se limitó a decirle al almirante Augusto Guzzetti, canciller de la dictadura, que el régimen debía resolver el problema antes de que el Congreso norteamericano reanudara sus sesiones en 1977. Para fin del año 1976 había millares de muertos y desaparecidos. Los militares ya no darían marcha atrás. Tenían las manos demasiado empapadas en sangre ".

El presidente de facto general Jorge Rafael Videla quiso convertir aquella masacre en una incógnita declarando que " el desaparecido no está muerto ni vivo, está desaparecido ". La elección de la palabra no es aleatoria, es perversa en boca del verdugo, de quien no tenía ninguna duda sobre el destino de los prisioneros políticos y exhibía en público el terrible método elegido para atormentar aún más a los familiares, crear la incógnita sobre el destino de un ser querido.

La represión en los colegios secundarios fue muy dura, y apuntó con terminar con el alto nivel de participación política de los jóvenes en los centros de estudiantes y en las agrupaciones políticas. Muchos colegios secundarios del país tienen hoy placas conmemorativas de sus alumnos desaparecidos.

En la noche del 16 de setiembre de 1976 - 21º aniversario del derrocamiento del presidente Juan Domingo Perón por la autodenominada " Revolución Libertadora " - un grupo de jóvenes secundarios que tenían entre 15 y 17 años fue secuestrado de la ciudad de La Plata y alrededores. El hecho emblemático, didáctico, de aquel terrorismo de Estado fue el que pasó a la historia como " La noche de los lápices ".

La que había sido la ciudad Eva Perón era ahora el reino del general Ibérico Saint Jean, autor de la inolvidable frase: " Primero mataremos a todos los subversivos, luego a sus colaboradores, después a sus simpatizantes y a los indiferentes y por último a los tímidos ". En la corte de Saint Jean había personajes de la talla del general Ramón Camps y del comisario Miguel Etchecolatz. Fueron ellos responsables directos del secuestro, tortura y muerte de estos jóvenes, para los que nadie reclama inocencia según los parámetros de una dictadura culpable por naturaleza.

La mayoría de los jóvenes provenían de hogares de clase media, no tenían problema en pagar el boleto de colectivo, pero sabían que había muchos otros estudiantes que no podían, que había que conseguir el boleto estudiantil para todos. Comenzaron a organizarse en cada colegio y del colegio al barrio y de ahí a la zona, así nació la Coordinadora de Estudiantes Secundarios que nucleaba a miles de ellos y que logró obtener del gobierno de Isabel aquel derecho. Fueron días de festejo acotado, con corridas y gases lacrimógenos y vigilado por la Triple A que lideraba José López Rega.

Producido el golpe militar, la estrategia fue suspender, en agosto de 1976, la vigencia del boleto estudiantil y esperar la protesta y que los estudiantes volvieran a luchar por lo que les correspondía. Las razzias duraron meses y el pico de detenciones se produjo aquella noche de setiembre.

Recuerda Pablo Díaz, uno de los sobrevientes de " La noche de los lápices ", en el libro Lo pasado pensado, Felipe Pigna, editorial Planeta, Buenos Aires, 504 páginas, año 2005, que : " Los universitarios, los trabajadores y los estudiantes secundarios eran considerados por ellos como " semillero de potenciales subversivos ". La noche del 16 de setiembre de 1976 fuimos arrancados de nuestro hogar y llevados a la " División Cuatrerismo " de la Policía Bonaerense y de allí al tristemente célebre Pozo de Banfield. En el Pozo de Banfield teníamos a nuestro cuidado a mujeres embarazadas. Hemos sido testigos de partos. Nos ponían en un calabozo con una compañera embarazada a punto de dar luz y cuando ellas empezaban con trabajo de parto teníamos que golpear fuertemente la celda. Hoy sabemos que en el segundo piso de donde estábamos nosotros estaba la sala de partos del médico policial y represor Jorge Bergés. Eramos considerados " residuos " y como tales mantenidos ".

Padecieron secuestros y torturas, y el vano intento de querer imponerles a la fuerza otra mentalidad.

Como dicen las pancartas de los estudiantes de hoy: " Aquellos lápices siguen escribiendo ...".

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De Antonio Natalio Basso, secretario general de la Unión de Sindicatos de la Industria Maderera de la República Argentina ( USIMRA ):

Ella sigue siendo bandera de los humildes, de los niños y de los trabajadores.

Evita fue leal hasta la misma muerte al gran Líder, leal a la causa del pueblo argentino y por la vigencia de la Justicia Social, la dignificación de la persona humana y el triunfo de un sistema de Comunidad Organizada.

Si siguiéramos su ejemplo seguramente viviríamos una Argentina distinta, con mayor justicia y amor.

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De Natalie Dormer, joven y sexy actriz británica que personifica a Anne Boleyn en el fastuoso drama televisivo The Tudors:

Los Tudor recrea exquisitamente los años del rey Enrique VIII y el reparto es multiestelar, Jonathan Rhys Meyers interpretando al monarca, Maria Doyle Kennedy como Catalina de Aragón, Peter O´Toole en el papel del Papa Pablo III, Sam Neill en el del cardenal Wolsey y Jeremy Northam como Tomás Moro.

La primera esposa de Enrique VIII, Catalina de Aragón, no pudo darle al rey un heredero varón, lo que desató en él la búsqueda de una compañera que le garantizase la sucesión, y así cambió la historia de Inglaterra, sumó seis esposas, rompió con Roma y acumuló un poder sin precedente.

La joven mujer que reemplaza a Catalina es Ana Bolena. Para componer el personaje me basé en la única figura argentina que conocía, en Evita Perón. Sinceramente era una mujer que amaba a su marido y a su país. Y rumbo al cadalso a mí me dieron ganas de cantar No llores por mí, Inglaterra.

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De la Asociación Obrera Textil de la República Argentina ( AOTRA ):

Un día triste se apagó su vida y su luz. El destino, cruel, le quitó al pueblo su presencia, pero su espíritu vive en el corazón de la gente.

Abanderada de los humildes ... Abanderada de la solidaridad, tu sonrisa franca y la llama indomable de tu carácter continuará vigente en la historia argentina.

Cobijaste a los trabajadores y a los desposeídos, tu nombre, EVITA, es y será sinónimo de justicia y amor.

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Del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor ( SMATA ) de la República Argentina:

Reconoció a nuestros mayores, dándoles Hogares de Ancianos dignos y el Decálogo de los Derechos de la Ancianidad, incluídos en la Constitución de 1949.

Rescató a los niños desposeídos y a los jóvenes. Construyó la República de los Niños, la Ciudad Infantil y la Ciudad Estudiantil.

Creó Hogares de Tránsito para la mujer desprotegida y sus hijos, luchó para que la mujer pueda ser reconocida y vote, consiguió junto a todas las mujeres que la Ley 13.010 del Voto Femenino fuese aprobada.

Dignificó a los trabajadores y fue el puente de amor hacia el Gral. Perón. Con su vasta obra de Ayuda Social llegó a todos los confines del país para asistir a las familias más humildes y trascendió nuestra frontera para llegar a todos los pueblos del mundo que sufrían hambre y necesidades.

Las compañeras y compañeros de SMATA, sintiendo el orgullo de ser mecánicos, evocamos emocionados a EVITA.

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Del Sindicato de Trabajadores de Luz y Fuerza de la República Argentina:

Palabras de Evita Perón:

" Pongo junto al alma de mi pueblo mi propia alma. Le ofrezco todas mis energías para que mi cuerpo sea como un puente tendido hacia la felicidad común. Pasad sobre él, firme el paso, alta la frente, hacia el destino supremo de la patria nueva. Trabajemos para imponer la justicia, basada en el respeto, en el principio de igualdad de los derechos y en el de la libre determinación de los pueblos ".

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De la Unión Ferroviaria de la República Argentina ( UF ):

Eva Perón estará siempre presente en el recuerdo de los trabajadores ferroviarios.

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De María Liliana Da Orden, profesora, doctora en Historia, escritora, compiladora, junto con el Prof. Julio César Melon Pirro, del libro titulado Prensa y Peronismo - Discursos, prácticas, empresas ( 1943 - 1958 ), editorial Prohistoria, Rosario, 257 páginas, 2007:

Desde el 17 de octubre de 1945 la Plaza de Mayo se había convertido en el escenario de las conquistas populares. Fue en ese mismo lugar que apenas dos años más tarde, en 1947, el Presidente, Juan Domingo Perón, puso en manos de Eva Duarte de Perón, la Primera Dama, una copia de la Ley que otorgaba el derecho al voto femenino.

El peronismo no fue el primero que consideró la necesidad de reconocer la ciudadanía política a las mujeres. Mucho antes, distintos sectores políticos y sociales consideraban injusto que sólo los hombres pudieran ejercer la ciudadanía a través del voto o ser electos como representantes en un sistema verdaderamente democrático.

Sin embargo, todavía a mediados del siglo XX sólo los argentinos mayores de 18 años podían decidir a quién votar y, por lo tanto sólo los varones llegaban a ocupar un cargo público. Las mujeres nunca antes habían tenido acceso a ninguno de los poderes de la República a pesar de que los partidos políticos como el Radical o el Socialista y, sobre todo, los diversos movimientos femeninos lo creían necesario. La idea, pues, estaba en el ambiente. No obstante, fue durante el primer gobierno de Perón que las mujeres vieron afirmados sus derechos políticos por la ley 13.010 sancionada en el Congreso Nacional.

Como ocurrió con otras conquistas sociales, el derecho a elegir y también a ser elegidas por el pueblo fue una reivindicación que el peronismo difundió como si en el pasado nunca hubiese existido ese reclamo. Fue Eva Perón la encargada de subrayar que esa conquista se debía únicamente a la acción de Perón y el peronismo. A partir de ese momento, en la historia argentina los derechos políticos de la mujer quedaron asociados a la acción de Evita.

Ahora bien, ¿ cómo fue llevada a la práctica esta ley ? La pregunta es bastante menos sencilla de lo que parece. Ante todo debemos pensar que su aplicación en todas las provincias y territorios nacionales llevaba a organizar políticamente a varios millones de personas que nunca antes habían asistido a una elección. Había, entonces, que confeccionar un nuevo padrón electoral ( la lista oficial que incluye el nombre de los ciudadanos que pueden votar ). Pero, además, los partidos políticos tenían que incorporar en su organización a este nuevo actor político. Hasta el momento los programas, los discursos, las campañas estaban dirigidas básicamente a los hombres. Era mucho lo que había que modificar.

El partido gobernante, a través de Eva Perón, fue el que llevó la delantera. Si la Unión Cívica Radical ( UCR ), el principal partido opositor, dirigió su actividad hacia las mujeres, mucho más efectiva fue la acción del peronismo. Con el liderazgo de Eva Perón, el Partido Peronista Femenino se creó a mediados de 1949. Desde ese momento muchas mujeres, que también partcipaban en las prácticas asistenciales de la Fundación Eva Perón, se incorporaron al partido como afiliadas. Así, en 1950 nada menos que medio millón de mujeres pertenecían a ese partido. A lo largo del país, en los pueblos y en los barrios de las grandes ciudades se habían organizado 3.600 Unidades Básicas ( la cédula partidaria ). Esta actividad, que esperaba de las mujeres una participación política pero también social ( asistencia a los necesitados, cursos de capacitación laboral, deportes, etc.), finalmente se puso a prueba en las elecciones presidenciales de noviembre de 1951.

Esa era una elección clave para el gobierno y también para la oposición: allí se elegirían los más altos cargos políticos nacionales y provinciales. En efecto, Juan Domingo Perón presentó su candidatura para ser reelecto como Presidente ( la constitución reformada en 1949 así lo permitía ) frente a Ricardo Balbín, el candidato de la UCR. También se elegían diputados y senadores de la Nación, así como gobernadores en algunas provincias y representantes en sus legislaturas.

El 11 de noviembre de 1951 fue, pues, un día pleno de expectativas, después de una intensa campaña electoral en la que los partidos políticos no sólo buscaron el voto de los hombres, como siempre habían hecho, sino también el de las mujeres. Nada menos que 7.593.948 ciudadanos ( el 88 % del padrón ) se movilizaron hacia las mesas electorales para sufragar a lo largo de ese domingo. La democracia de masas iniciada tres décadas antes con la Ley Sáenz Peña y la llegada de Hipólito Yrigoyen al poder, se completaba ahora con la incorporación plena de toda la ciudadanía a la vida política argentina.

En efecto, en esta ocasión las mujeres representaron el 50,2 % de los votantes. Incluso tuvieron una participación electoral algo superior a la de los varones, lo que muestra hasta qué punto se hallaban interesadas en la política, pero también, en qué medida la propaganda y la acción del gobierno a través de Eva Perón había dado sus frutos. La afiliación partidaria se había promovido casa por casa en todo el país; muchas dirigentes habían desplegado una actividad incansable animada por acción y los discursos de Evita. De hecho, a propuesta de la Confederación General del Trabajo ( CGT ) había estado a punto de ser candidata a la Vicepresidencia de la Nación, cargo al que debió renunciar, entre otras razones, por su delicado estado de salud.

Lo cierto es que los resultados electorales demostraron claramente el triunfo de Perón, que había obtenido el 62,4 % del total de los votos. Aunque la diferencia sea escasa, las mujeres votaron por la renovación de ese mandato un 2 % más que los varones. No cabía duda del papel que había desempeñado la organización del Partido Peronista Femenino en esa ocasión. Esto no se reflejó, sin embargo, en los cargos públicos. En efecto, la dirigencia femenina sólo ocupó 24 de las 157 bancas de la Cámara de Diputados y 7 de las 30 con que contaba la Cámara de Senadores en esa época. De todos modos, no cabe duda del paso significativo que esto había supuesto para la vida política argentina.

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Del Prof. Daniel Link, catedrático, crítico, escritor, columnista de Diario Perfil, Buenos Aires:

Los argentinos, que vivimos de catástrofe en catástrofe, sabemos de estas cosas: cuando dos estratos culturales se tocan ( como las placas tectónicas en la corteza planetaria ) se producen seísmos. La colisión de tres culturas puede ser un terremoto de proporciones alarmantes. En 1976, entre otras cosas, se encontraron dos culturas de velocidades diferentes: Andrew Lloyd Webber lanzó el disco que había hecho junto con Tim Rice, Evita, en el que Julie Covington cantaba las partes de Eva Perón. La música de Evita ( el musical ) no puede ser más grasa ni más anticuada, y sin embargo ... Sir Andrew Lloyd Webber, maestro en grasadas - venía de Jesucristo Superstar ( 1972 ), iba hacia Cats ( 1981 ) y El fantasma de la ópera ( 1986 ) -, será sobre todo recordado por esa partitura penosa que mezcla el clasicismo más oportunista con aires de tango, rock sinfónico y ritmos latinos.

El musical Evita es el registro del encuentro entre la irremediable grasada de la cultural industrial ( su esquematismo, su eclecticismo populista, su amoral impulso sentimental ) y el kitsch peronista, que ofreció al mundo una de las grandes figuras trágicas de todos los tiempos, Eva Duarte, cuyo fantasma mezcla idénticas dosis de miseria y grandeza, generosidad y egoísmo, desafuero sexual e intuición política.

De las canciones urdidas por Webber y Rice, sólo una brilla y brillará para siempre en el firmamento de lo sublime: Eva´s Final Broadcast, que repite la melodía de Don´t cry for me, Argentina pero con las palabras estremecedoras del renunciamiento, una de las más intensas escenas políticas del siglo XX. El momento en que Evita ( el personaje del musical ) dice: " But all you have to do is look at me to know / That every word is true ( " Pero todo lo que tienen que hacer es mirarme para saber / que cada palabra es verdadera " ) es cuando todo palabrerío cesa, porque el personaje, al mismo tiempo que repite su amor al pueblo, muestra su cuerpo de muerta en vida, ya cadáver ( ya fantasma ), y nos abisma. Si esa canción, entre tanta hojarasca musical, todavía nos conmueve, es precisamente porque la corteza terrestre vibra en ella: un pequeño seísmo que todavía tenía que encontrarse con una onda de grasa de magnitud superlativa: Madonna.

En 1995, durante el rodaje de Evita ( la película chatarra dirigida por Alan Parker ), Madonna estaba embarazada. Nadie podía resultar más inadecuada para representar a una niña desaforada o a una mujer moribunda, y sin embargo ... Retrospectivamente, ¿ quién si no Madonna podría haber desempeñado ese rol excesivo ? Acaso Annie Lennox, pero nunca tuvo carisma. La reina del pop ( esa tercera placa tectónica ) luchó por él porque sabía todo lo que estaba en juego y superpuso su ya adorada voz a la voz incomparable del fantasma ( I´m Argentina, and always will be ).

De las pocas palabras que la Argentina ha conseguido imponer al léxico de lo contemporáneo, Evita es sin lugar a dudas la más sagrada, la que nos arrastra a una fantasmagoría donde todas las certezas se derrumban, el espacio de todos los intercambios y todas las identificaciones.

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De Chibli Yammal, escritor y editor, autor del libro Principales acontecimientos en la vida de Evita, ediciones Chibli Yammal, 59 páginas, ilustrado, Buenos Aires, año 2005:

La Fundación María Eva Duarte de Perón nació jurídicamente el 8 de julio de 1948 en razón del decreto presidencial 20.564 con un capital de $ 10.000.-que era el sueldo del presidente Perón.

Algunos señalaron que como Eva Duarte no había encontrado cabida en las entidades de beneficencia formadas por las damas de la sociedad creó la Fundación como revancha. Lo cierto es que la Fundación logró un desarrollo formidable con recursos que provenían de donaciones de los trabajadores que contribuían con el salario de los días 1º de mayo y 17 de agosto ( feriados nacionales que abonaban los empleadores sin la prestación de servicios ) y el aumento de un mes de sueldo cuando este se incrementaba, donaciones de empresas, etc.

La obra social se había iniciado en 1946 con el nombre de Cruzada de Ayuda Social y se había dedicado a abrir hogares de tránsito, comedores escolares, donación de elementos a hospitales, etc.

La Fundación fue creada " para cubrir lagunas en la organización nacional porque en todo el país donde se realiza una obra siempre hay algunas que cubrir y para ello se debe estar pronto para realizar una acción rápida directa y eficaz ", explicó Eva Perón en diciembre de 1949.

A partir del 25 de setiembre de 1950 pasó a llamarse " Fundación Eva Perón ".

Las más importantes obras que llevó a cabo la Fundación Eva Perón pueden sintetizarse así:

Cuatro policínicos modelos: Avellaneda, Lanús, Catamarca y Ezeiza. Además, en construcción, hacia 1955, otras 23 unidades, con una capacidad total de 7.600 camas.

Hogares para ancianos: 6 terminados en Buenos Aires, Tucumán y Córdoba.

Hogares de tránsito: para mujeres solas o con hijos, ofrecían manutención hasta la reubicación en la vivienda definitiva, trabajo, asistencia médica, vestimenta y otros servicios.

Los campeonatos infantiles y juveniles Evita y Juan Perón, respectivamente movilizaron anualmente a más de 200.000 participantes, que a menudo se beneficiaban por primera vez con una prolija revisión médica.

Hogares escuela: más de 20 en todo el país atendían a niños de 4 a 12 años.

Además de la Ciudad Infantil y la Estudiantil, la Fundación erigió ciudades universitarias en Córdoba y Mendoza, un comedor universitario en La Plata y estableció unidades turísticas en Río Tercero, Chapadmalal, Mendoza y otros lugares del país.

Adquirió gran notoriedad el reparto masivo de pan dulce y sidra en Navidad y juguetes para la fiesta de los Reyes Magos con fondos que provenían de aportes sindicales y de la cuenta para Obras de Ayuda Social del Ministerio de Hacienda.

Para ver imagen de las tradicionales botellas de sidra para Navidad, por favor, clickear aquí

En diciembre de 1951, Evita leyó desde su lecho de enferma su Mensaje Navideño, propalado por la Cadena Nacional de Radiodifusión. Fragmento del mismo:

" Todos los años, la Nochebuena nos reúne en el hogar inmenso de la Patria.

Esta noche hacemos una tregua de amor en el camino de nuestras luchas y de nuestros afanes; y sólo pensamos en las cosas buenas y bellas que nos ha regalado la vida en el año que se acaba, hundiéndose ya como un cometa en el horizonte de la eternidad, dejándonos una estela de recuerdos en el alma.

En todos los lugares del mundo, hombres y mujeres, ancianos y niños de todos los pueblos, en este mismo instante maravilloso están rindiendo homenaje al amor y están encendiendo en sus corazones las lámparas votivas de sus mejores recuerdos. ¿ Por qué no hacer lo mismo nosotros en este inmenso hogar que es nuestra tierra ? ¿ Acaso no somos una gran familia ?.

Preside la mesa invisible de nuestra Nochebuena la figura de Perón, nuestro líder, nuestro conductor y amigo. Aquí está, sobre todos nosotros, mirando más allá del horizonte, con la mano firme puesta sobre el timón de nuestros destinos y con su corazón extraordinario, pegado a los sueños y a las esperanzas de su pueblo. Lo primero que se me ocurre es agradecer a Dios, porque en medio de un mundo casi definitivamente olvidado del amor, nosotros creemos en su poder y en su fecundidad, y nos permitimos anunciar la buena nueva de su advenimiento por el camino del Justicialismo.

Por eso nos regocijamos y nos alegramos en la fiesta de esta noche.

Hace diecinueve siglos y medio Dios eligió a los humildes pastores de Belén para anunciar el advenimiento de la paz a los hombres de buena voluntad. Sobre aquél mensaje, los hombres de mala voluntad han acumulado siglos de guerras, de crímenes, de explotación y de miseria, precisamente a costa del dolor y de la sangre de los pueblos humildes de la tierra.

Dios ha hecho grandes cosas entre nosotros, deshaciendo la ambición del corazón de los soberbios, derribando de su trono a los poderosos, ensalzando a los humildes y colmando de bienes a los pobres.

Por eso la Nochebuena nos embarga el corazón con la armonía de sus encantos prodigiosos, porque la Nochebuena es nuestra, es la noche de la humildad, la noche de la justicia. Y el justicialismo que Perón nos ha enseñado y nos ha regalado como una realidad maravillosa de sus manos, es precisamente eso, algo así como el eco vibrante del anuncio que recibieron los pastores o como el reflejo encendido de la estrella que señaló, en la noche de los hombres, el divino amanecer de una redención extraordinaria.

Yo sé que dentro de muchos años, cuando en esta misma noche los argentinos se dejen acariciar por el recuerdo y retornen sobre sus alas al pasado, llegarán a estos años de nuestra vida y dirán melancólicamente: entonces eramos más felices. Porque la verdad, la indudable verdad es que todos somos ahora más felices que antes de Perón. No tanto por los bienes materiales que poseemos, cuanto por la dignidad que nos dio con su esfuerzo infatigable. Si nuestra felicidad residiese solamente en las riquezas materiales que poseemos, no tendríamos derecho a ser dichosos. Pero nos sentimos felices porque en el seno de la gran familia justicialista que formamos, todos somos hijos iguales de la misma Patria, con los mismos derechos y los mismos deberes.

No queremos vanagloriarnos con orgullo de lo que somos ni de lo que tenemos, pero en esta noche, propicia para los aspectos del corazón, sentimos la necesidad de decirle a los hombres y mujeres del mundo el sencillo secreto de nuestra felicidad, que consiste en poner la buena voluntad de todos para que reinen la justicia y el amor.

Primero la justicia, que es algo así como el pedestal para el amor.

No puede haber amor donde hay explotadores y explotados. No puede haber amor donde hay oligarquías dominantes llenas de privilegios y pueblos desposeídos y miserables. Porque nunca los explotadores pudieron ser ni sentirse hermanos de sus explotados y ninguna oligarquía pudo darse con ningún pueblo el abrazo sincero de la fraternidad.

El día del amor y de la paz llegará cuando la justicia barra de la faz de la tierra a la raza de los explotadores y de los privilegiados, y se cumplan inexorablemente las realidades del antiguo mensaje de Belén renovado en los ideales del Justicialismo Peronista.

Con mis últimas palabras, llega el momento de los augurios y de los deseos.

Aquí, a mi lado, en la cabecera de la mesa familiar que nos reúne a todos bajo el cielo estrellado de la Patria, está nuestro conductor y nuestro líder.

El primer deseo de mi brindis es para él: que sea siempre feliz, que lo acompañe siempre el cariño de todos ustedes, por muchos años, hasta el fin de sus años, porque se lo merece como premio de sus afanes y sus sacrificios.

El otro augurio de mi brindis es para mi pueblo, para todos ustedes; y no puedo expresarlo de otra manera que deseándoles sencillamente que sean muy felices, cada vez más felices.

Y por fin, yo me permito reunir simbólicamente la copa con que brinda cada uno de ustedes con mi propia copa, que contiene la misma sidra humilde, con la misma sencillez de nuestro corazón. Levanto al cielo con ella los deseos, los sueños y las esperanzas de todos, para que en esta noche prodigiosa el amor infinito los toque con la vara de sus milagros y los convierta en realidad ".

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De Magdalena Ruiz Guiñazú, periodista, conductora radial, editora, productora, escritora, defensora de los derechos humanos, premiada por Francia con la Legión de Honor y por Italia con la Orden al Mérito:

Mi anécdota favorita es aquella en la que me escapé del colegio con mi hermana mayor para asistir al funeral de Evita.

Hicimos más de 6 horas de cola para poder verla. Me llamó muchísimo la atención las manos de Evita, parecían las manos de una viejita, a pesar de su edad, 33 años.

Regresamos a casa muy tarde y con el disgusto de nuestros padres. Ellos eran de extracción radical.

Para ver imágenes, clickear, por favor, aquí.

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De la Lic. María Silvia Vella, psicóloga social y docente en la Universidad de Quilmes, Buenos Aires:

Evita fue una mujer con una personalidad de fuerte carácter. Muy decidida, compartió con su esposo su postura política pero descuidó su salud y un poco su relación matrimonial para dedicarse plenamente al trabajo social.

Destaco dos declaraciones de Evita que la definen claramente: " Nos casamos porque nos quisimos y nos quisimos porque queríamos lo mismo ", " No sabría decir qué amo más, si a Perón o su causa; para mí todo es una sóla cosa, todo es un sólo amor ". Y esto impresiona, porque habla de un singular espíritu, y del sentimiento de querer ir siempre adelante, intuyendo lo frágil y lo efímero de la existencia.

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Del Tte. Gral. Roberto Eduardo Viola, militar, presidente de facto de Argentina ( 29 de marzo de 1981 - 11 de diciembre de 1981 ), integrante del llamado " Proceso de Reorganización Nacional " ( 1976 - 1983 ), depuesto por los mismos integrantes del "Proceso ":

Siempre las Fuerzas Armadas respondieron a un imperativo o a una necesidad de un sector de la sociedad, no quiero decir de la sociedad, porque es difícil juntar a toda la sociedad. Si fue buena o mala la participación militar, yo diría que tuvo cosas positivas y negativas.

Las mutaciones que hemos sufrido en Argentina han sido muy difíciles. Si analizamos la historia argentina, y utilizamos una expresión peronista, veremos que de la antigua oligarquía que gobernó al país de los años 1860 hasta 1916, el primer cambio sustancial es el de Yrigoyen, a partir de allí los cambios se dan siempre por intervenciones militares, los radicales dejan el gobierno en el ´30 por la intervención de los generales Justo y Uriburu, los conservadores se hacen cargo del gobierno pero debieron abandonarlo por la intervención de los militares, asume Perón y también es derrocado por un golpe militar en el ´55, recién a partir del ´83 hay una sucesión democrática, la de Menem por Alfonsín.

Cada sector civil pretendió llevar a la práctica un tipo determinado de proyecto, a través de un poder. El único poder que tenían para imponerse era la fuerza. El sector que gobernaba se quería quedar y el otro se quedaba afuera, y no tenía posibilidades de llegar si no era a través nuestro; y sino, ¿ quién fue que apoyó la revolución del ´55 ?: el radicalismo. En el ´76 la " revolución " la hacen todos ... inclusive sectores peronistas ... Recuerdo a peronistas que venían a mi despacho antes del " golpe " y me decían: General ¿ cuándo ?. En este caso ningún sector tuvo preeminencia.

Lo que sí puedo decir es que si no hubieran intervenido las fuerzas militares, Juan Domingo Perón hubiera sido Presidente desde el 45 hasta su muerte en 1974.

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De la Dra. Maristella Svampa, socióloga, licenciada en Filosofía, profesora, investigadora del CONICET ( Centro Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas ), conferencista internacional y escritora:

Los hechos de violencia registrados del 17 de octubre de 2006 en la quinta de San Vicente, durante el traslado del cuerpo de Juan Domingo Perón, mostraron las profundas mutaciones sufridas por el sindicalismo peronista, a la sombra del declive del mundo de los trabajadores urbanos y el quiebre multiplicado de las solidaridades de clase. Asimismo, dichos hechos reactivaron el perpetuo debate acerca de quiénes son realmente los actores simbólicos centrales del peronismo. Mutaciones: recordemos que desde sus inicios y luego de la caída de Perón, entre 1955 y 1973, el sindicalismo se movió entre realidades diferentes. Como bien observó Daniel James en un libro ya clásico, las oscilaciones entre la " resistencia " y la " integración " daban cuenta de la complejidad del mundo sindical peronista, impidiendo cualquier reducción semántica o un anclaje definitivo en uno de los dos polos. Sin embargo, al compás de los cambios económicos y políticos de las últimas décadas, la realidad del peronismo y, en particular, del sindicalismo peronista, fue mutando considerablemente. En los 90, el proceso de adaptación y, por ende, las negociaciones con el poder político y económico, se realizaron en un contexto de desestructuración en el escenario laboral y de profunda ruptura de las lealtades sindicales. Como ya había sucedido con Perón, el liderazgo de Menem confirmaba que la clave de bóveda del modelo peronista se asienta en la subordinación de los actores sindicales al líder político, al tiempo que estableció con claridad la hegemonía de las estructuras partidarias por sobre las sindicales. En el marco del desdibujamiento del mundo obrero y de la pérdida de derechos sociales, el sindicalismo peronista fue perdiendo espesor ideológico, despojándose de esas otras dimensiones que hicieron a su historia tan ambivalente, y a la vez tan rica y diversa en prácticas e interpretaciones. La transformación de las estructuras burocráticas en sindicalismo empresarial y la pérdida de peso en la sociedad desembocaron en la potenciación de elementos preexistentes y terminaron por convertir el pragmatismo ideológico, la acción corporativa y la práctica patoteril en una suerte de marca registrada. Hay que añadir que la sobreactución de ciertos elementos plebeyos vendría cada vez más asociada al corporativismo o a la pura manipulación clientelar, desconectados de cualquier práctica de resistencia. No por casualidad, a fines de los 90 la vuelta de lo plebeyo como práctica contestataria se realizaría por fuera del peronismo. Conflictos de apropiación: en el marco de un nuevo escenario político, la consolidación del liderazgo de Kirchner contribuyó al realineamiento del espacio sindical peronista, aportando continuidades y rupturas. Continuidades, pues nadie puede dudar que el estilo político de Kirchner sea profundamente peronista, como lo muestra la tendencia a la subordinación de los actores sociales y políticos al líder las alianzas pragmáticas con dirigentes impresentables ( con aires caudillistas y/o neoliberales ), o la violencia verbal y el clientelismo grosero desarrollado por el gobierno en la última elecciones legislativas, sobre todo en el conurbano bonaerense. En cuanto a la ruptura, lo más notorio ha sido la reactivación de la tradición nacional - popular en el marco de una reivindicación del setentismo. Aclaremos que este setentismo es menos una ideología definida por la radicalidad política, que el intento de reapropiación de la historia por parte de una generación que vio brutalmente interrumpida su acción protagónica y hoy irrumpe con voz propia en nombre de " la última oportunidad ". Reivindicación en clave de memoria, necesaria luego del terrible período de amnesia menemista, que tantos supieron compartir. No por casualidad el 17 de octubre pasado ciertos sectores sindicales reflotaron frente a la C G T, como respuesta al setentismo aggiornado, la anacrónica consigna " Ni yankis ni marxistas, peronistas ". Así, aunque el gobierno acuda rápidamente a la hipótesis conspirativa e intente explicar todo desde allí, no es menos cierto que esta combinación de tradición nacional - populista y setentismo deviene irritante a los ojos de un sindicalismo refractario a los nuevos vientos ideológicos que surcan la región; un sindicalismo que suele reivindicar como propio de la tradición nacional - popular el ritual en torno de los padres fundadores y el papel del sindicalismo como supuesta columna vertebral, todo ello en medio de la profunda mutación del mundo popular y de la consolidación del peronismo infinito.

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De Raanan Rein y Claudio Panella, historiadores, docentes y escritores, compiladores del libro Peronismo y Prensa escrita - Abordajes, miradas e interpretaciones nacionales y extranjeras, Colección Sociales, Editorial de la Universidad de la Plata, ilustrado, año 2008:

La literatura sobre el peronismo clásico ( 1945 - 1955 ) es vasta e incluye miles de libros y artículos, además de películas, sitios en internet, obras de teatro y otras expresiones de cultura popular.

Este fenómeno no debe extrañar, atentos a las características que tuvo esta expresión política de la clase obrera, a las transformaciones políticas, sociales y económicas que promovió, a las pasiones encontradas que despertó, a su influencia en la historia nacional argentina y su trascendencia como fenómeno cultural.

El libro incursiona en una cuestión específica: ¿ cuál es la relación, por cierto nada fácil, entre la prensa escrita y el fenómeno peronista ?.

Más precisamente, refiere a las miradas que periódicos nacionales y extranjeros fueron estructurando acerca de su naturaleza, de sus líderes, de sus adherentes y de su forma de ejercer el gobierno. Una visión panorámica y matizada desde dentro y desde fuera, analizando las imágenes conflictivas - también las favorables - reflejadas en la prensa argentina e internacional.

Para conocer más bibliografía sobre Eva Perón y el peronismo, clickear aquí.

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De Margarita Pollini, poetisa, periodista, crítica de arte, escritora, comentarista y productora radial, autora del libro Palco, cazuela y paraíso - Las historias más insólitas del Teatro Colón, editorial Sudamericana, Buenos Aires, 284 páginas, año 2002:

El miércoles 17 de setiembre de 2008 regresó, tras su estreno, hace 22 años, una de las obras que marcaron la historia del teatro argentino: Eva, el gran musical argentino.

El marco fue esta vez muy distinto al de aquel comienzo: se realizó en un teatro oficial, Teatro Argentino de La Plata ( Sala Alberto Ginastera ), por obra y gracia del mismísimo gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, con medios materiales contundentes. Y con una presencia insoslayable: la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. Fue seguramente una noche trascendente para esa mujer, la primera en ser electa para el cargo más alto, polémica y cuestionada como Evita Duarte, que con toda seguridad no habría estado sentada en ese palco embanderado de no haber sido a través del camino iniciado por aquella muchacha llegada de Los Toldos.

Sin duda alguna, Eva, el gran musical argentino es una obra que se mantiene vigente, además de por su trascendencia histórica, por su calidad artística. El libro elude las posturas extremas respecto de esta figura tan controvertida y pinta todos los aspectos y avatares de la mujer que iba a convertirse en la más importante en la historia argentina sin endiosarla ni denostarla, y dando espacio a la alegoría. Sobre ese inteligente andamiaje trazado por la misma Nacha Guevara, las letras y los diálogos de Pedro Ogambide ( fallecido en el 2003 ) tienen la cuota exacta de vuelo y de realismo, de metáfora y lenguaje directo. El tercer puntual de la obra es la partitura de Alberto Favero, que sin grandilocuencia y con melodías inolvidables eficazmente orquestadas sirve en bandeja de plata el drama y el texto y logra un musical argentino ( tal como lo dice el título ).

Pero nada de todo esto sería lo que es sin la actuación descomunal de Nacha Guevara. Esta mujer alta que ha pasado los 60 años opera el milagro de convertirse en una muchacha menuda y pajuerana al comienzo de la obra. De ahí en adelante, asumirá todas las facetas del rol con idéntica entrega y con similar acierto. Su voz, que como es lógico no es totalmente indemne al paso de los años, sabe desgarrarse en el momento exacto; Nacha, sin resignar jamás afinación ( en una tesitura ingratamente aguda ), explota un estilo más hablado que le sienta muy bien. Sus expresiones faciales y corporales son justas, medidas, nunca exageradas.

Siendo la mujer del título la lógica protagonista excluyente ( y es otro de los aciertos de la obra titular con el nombre Eva a secas, sin diminutivo ni artículo, dejando así más en evidencia su lugar de primera mujer en varios sentidos ), la figura de Juan Domingo Perón ( interpretado por Eduardo Paglieri ) tiene presencia física tan modesta como enorme es su presencia en los diálogos y el discurso de Eva. Los personajes masculinos de actuación relevante aquí son dos: Mario, un carácter trazado para crear un necesario contrapunto con la protagonista ( y a la vez oficiar como voz de su conciencia ), y Don Jaime, el responsable de Radio Belgrano en el que después de la vinculación de Eva con el poder se reflejará el cambio de actitud de la actriz. Rodolfo Valls ( Mario ) se luce en lo vocal y conmueve en lo actoral. Juan Carlos Puppo compone con igual eficacia a Don Jaime. En el elenco femenino es justo destacar a Cristina Durán como Rosita, la costurera que da a la protagonista su primer trabajo. La labor de todo el reparto es excelente, pese a que en los pasajes corales se hace notar cierta falta de registros graves. Mención aparte merece la coreografía de Gustavo Wons, y los aportes " tangueros " de Mora Godoy, en ambos casos ejecutados con sincronización ejemplar por los actores - cantantes - bailarines. Al mando de Favero, el ensamble orquestal acompaña perfectamente.

Bajo la dirección artística de Ariel Del Mastro, todos los rubros técnicos son impecables, desde el vestuario de Alicia y Estela Flores , que comprende 600 trajes ( todos de época y algunos originales ), hasta las proyecciones, que complementan óptimamente la sobria escenografía de Alberto Negrín.

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Del Prof. Nicolás Casullo, docente, investigador, escritor y ensayista, autor del libro Peronismo - Militancia y crítica ( 1973 - 2008 ), colección Puñaladas, ediciones Colihue, Buenos Aires, 290 páginas, año 2008:

Perón fue una figura que quise mucho, me pareció excepcional y providencial en la historia argentina, pero siempre pude situarlo en el terreno de lo humano, de lo político, por lo cual nunca tuve inconveniente en criticarlo.

Perón es la mitad de la historia del peronismo, teniendo la conciencia de que la otra mitad es el pueblo trabajador y las grandes masas que fueron leales a él.

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Del Prof. Ernesto Villanueva, licenciado en Sociología, director del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, secretario general de la Universidad de Buenos Aires, presidente de la COENAU ( Comisión Nacional de Acreditación Universitaria ), escritor:

Nací cuatro meses antes que el peronismo. Mi vida entera estuvo signada por este movimiento de calificativos complejos: vital, inasible, popular, mutable, por decir lo menos. Sinónimo de mala palabra para algunos, supo tener tantos contenidos como adherentes, estructuró el sentido común, terminó por reducir sus oponentes a la categoría de parásitos, cruzó la segunda mitad del siglo pasado. Y llega a este siglo cargado de heridas, de medallas, pero también de traiciones.

Mucho ha cambiado desde aquella caminata que culminó con " las patas en la fuente ". En ese instante se disolvía FORJA ( Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina ), y Angel Borlenghi, el futuro ministro del Interior, miraba con escepticismo esa jornada inaugural que marcaría a todos los argentinos. No fue el único que descubrió tardíamente al peronismo: Juan José Hernández Arregui, Vicente Solano Lima, María Elena Walsh, terminaron por reconocer que en esa mezcla indefinible había un latido poderoso. Desde aquel entonces, hasta el más marginal y humillado cree en sus derechos inalienables en materia política, de salud, educación y vivienda.

Por supuesto, esta creencia vino mezclada con los más diversos contenidos y usos. Y en más de 6 décadas las transformaciones fueron tantas que ya no somos los de entonces, ni los de adentro, ni los de afuera. En ese momento se estaba en los prolegómenos de la guerra fría; ahora no sólo conocimos el fin de la Unión Soviética, sino que leímos que Bush nacionalizaba los bancos. ¿ Se habrá quedado en el ´45 ?, nos preguntamos. No es el único interrogante pendiente. Queda una incógnita enorme en relación con los ´70. Y dudas con los ´90.

Pero, a su vez el peronismo ha signado de modo tal la política argentina que todo gira a su alrededor, en estructuras organizativas, en aparatos electorales, en burocracias estatales, hasta nos reímos con el Palito Ortega montonero. ¿ No será un poco mucho ? ¿ No será la hora de la decantación ?

La idea no es nueva: desde el entrismo de los ´50 a los transversales, un sinnúmero de experiencias no lograron extinguir el peronismo pero lo influyeron decisivamente. Tanto que hoy, de vuelta del marxismo estalinista pero también del posmodernismo con su fragmentación del sujeto, encontramos que mucho de los valores primigenios de entonces están encarnados en corrientes adentro y afuera del peronismo, y que éste muestra signos de cansancio, de dispersión, de gestos rutinarios antes que de creencias profundas.

Sin embargo, no hay dudas de que el valor de la democracia, la necesidad de una profunda reforma del Estado que lo fortalezca y lo haga eficiente, una democratización de los medios, una reforma de los partidos políticos, un avance sustantivo en la distribución del ingreso y en la justicia social, un fortalecimiento de la Nación en vistas del continentalismo, constituyen hoy núcleos duros de los que estamos de un lado del mostrador. En otros sigue la mentalidad colonial, el racismo ( también denominado gorilismo ), el desprecio por crear una comunidad nacional.

Pero esta escisión, tan típica de nuestro país, tiene ribetes cualitativamente distintos a los de entonces; la soberbia es menor, los fracasos han sido muchos de uno y otro lado. Y ello es un buen espacio para buscar caminos, para saber que la Nación no puede ni debe ser totalmente homogénea ni que la imitación ciega de los grandes nos llevará a la grandeza.

Aquella memoria histórica de los humildes es cada vez más lejana. Se trata de revalidar títulos, ni más ni menos. Empleo de calidad, modificaciones culturales, recuperación del entramado social, elevación de la cultura política, ir cubriendo las deudas en salud y educación son caminos, algunos de los cuales se transita con velocidad, otros a paso de tortuga. Nada de lo que hagamos será excesivo.

Y entonces, sólo entonces, el sueño del 17 será realidad.

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De Joan Benavent, escritor español nacido en Barcelona, autor del libro titulado " Perón - Luz y Sombras ( 1893 - 1946 ) - Los colores del cielo ", Colección Memoria, editorial Letras e imagos, ilustrado, Barcelona, España, 576 páginas, año 2004:

El apellido Duarte era una criollización del original D´uart, oriundo de la zona francesa del País Vasco.

En el trágico mes de enero de 1944, empezará otra historia y nacerá otra Eva Duarte ...

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De Sebastián Borro, histórico dirigente sindical:

El 9 de octubre de 1945, durante el gobierno del general Edelmiro Farrell, el coronel Juan Domingo Perón fue obligado a renunciar a todos los cargos públicos que ocupaba ( secretario en Trabajo y Previsión, ministro de Guerra, vicepresidente de la Nación ) con el objeto de poner fin a su programa político en favor de los trabajadores. Pero los adversarios no se conformaron, Perón fue detenido y trasladado a la isla Martín García.

Entonces los sindicatos convocaron a una concentración en Plaza de Mayo para el día 18 de octubre para exigir la libertad de Perón. La fecha se anticipó un día, y el día 17 de octubre de 1945 miles de trabajadores llegaron a Plaza de Mayo gritando "¡ Queremos a Perón !". El gobierno debió ceder al pedido popular y el coronel Perón fue trasladado a la Capital. Por la noche, desde el balcón de la Casa Rosada, alzó los brazos e inició una nueva era en la Argentina.

El 17 de octubre de 1945 me encuentra cumpliendo tareas en un establecimiento metalúrgico ubicado en Constitución, sobre las calles Luis Sáenz Peña y Pedro Echagüe. Yo tenía entonces 24 años de edad. Mi oficio era tornero mecánico. En la mañana del 17 de octubre, aproximadamente a las 9, grupos de personas venían desde Avellaneda y Lanús avanzando hacia el centro de la ciudad. Pasaron por la calle Sáenz Peña, observaron que había un taller mecánico, se acercaron a nosotros y nos dijeron: " Muchachos, hay que salir a la calle para rescatar a Perón ".

Las noticias que teníamos en ese momento eran que Perón estaba detenido y que todo lo que se hacía era para rescatarlo. Efectivamente, el taller paró y la gente salió a la calle. Algunos fueron a sus casas. Pero la mayoría siguió con los compañeros que venían del sur. Fuimos hasta la Plaza de Mayo y habremos llegado aproximadamente a las 11.30, porque en el camino íbamos parando los diversos establecimientos de la industria metalúrgica y maderera que había por Constitución.

A esa hora no había tanta gente como la que hubo por la tarde, que cubrió toda la Plaza. En la marcha hacia allí se pintaban sobre los tranvías, con cal, leyendas como " Queremos a Perón ". La gente se paraba y reaccionaba a favor de la manifestación que iba a Plaza de Mayo. Perón, auténtico defensor de los derechos del trabajador, había aplicado leyes nuevas y otras las había ampliado, como el pago de las ausencias por enfermedad. Perón había conseguido un decreto por el que se debían pagar al trabajador los días festivos: 1º de mayo, 12 de octubre, 9 de julio, etcétera. Recuerdo que uno de los patrones nos dijo entonces: " Vayan a cobrarle a Perón el 12 de octubre ". El ya estaba detenido.

Llegamos a la Plaza; cada vez se hacía más entusiasta, había fervor y alegría. Frente a la Casa Rosada empezaron a armar altavoces. Hablaron distintas personas, el coronel Domingo Mercante y también Eduardo Colom, director de La Epoca. Trataban de ir calmando a la gente. Recuerdo, sí, que era una tarde muy calurosa y la gente se descalzaba y ponía los pies en las fuentes de la Plaza, muchos por haber caminado tanto. Lo que yo presencié era la gente que venía del sur, de Berisso, Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora. A medida que crecía la cantidad, en la Plaza de Mayo aparecían los carteles. Nunca había visto una asamblea tan extraordinaria. Por los parlantes se había anunciado que el coronel Perón se encontraba bien de salud y que estaba en el Hospital Militar. En un momento, Colom dijo: " Vamos a traer a Perón ". Mucha gente gritaba por Perón, quizá por primera vez. La gran prensa trataba de desvirtuar la figura de Perón. La gente se enteraba a través de los activistas o los delegados pero no por la prensa, que casi en su totalidad estaba en contra. Cuando el coronel Perón apareció en los balcones sentí temblar la Plaza. Todo parecía venirse abajo.

A partir de ese 17 de octubre de 1945 despierta la conciencia. Se hace carne que al pueblo tiene que respetársele como tal, cosa que Perón proclamaba diariamente.

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De Ricardo De Titto, docente especializado en didáctica de las Ciencias Sociales, investigador y redactor, coautor del libro Mujeres de la Política Argentina, editorial Aguilar, Buenos Aires, 448 páginas, año 2001:

El 17 de octubre de 1945 la clase trabajadora irrumpió en la arena política y, con una consigna sencilla, "¡ Queremos a Perón !", hizo sentir su presencia y su aspiración: el país debía cambiar. Los obreros argentinos habían realizado otras importantes jornadas de movilización, como los hechos que culminaron en la semana trágica de enero de 1919, o grandes huelgas gremiales, como la de los ferroviarios de 1896 y de la construcción de 1935, pero nunca habían actuado antes teniendo como eje un reclamo político. Ese es el giro decisivo que vivió el país durante aquella recordada jornada.

La vieja política que las masas obreras rechazaron incluía un parlamentarismo desgastado, alejado de los problemas reales, cuando no cómplice abierto de la corruptela. Dos sonados casos, el debate sobre las carnes en las Cámaras y el de la compañía eléctrica CHADE ( Compañía Hispanoamericana de Electricidad ) en el Concejo Deliberante porteño, junto con un negociado tramado a nivel del Ejecutivo para la compra de los terrenos del aeroparque de El Palomar, multiplicaron el desdén popular hacia la política tradicional. Juan Domingo Perón supo percibir esos cambios, que tenían como protagonista a un nuevo sujeto social, los " cabecita negra ", migrantes del interior del país que eran tratados como ciudadanos de segunda clase por los hijos de europeos que poblaban la capital. Por otro lado, la coyuntura internacional era excepcionalmente favorable para la economía argentina.

El Jefe, ya en el poder, atacó toda forma de expresión democrática o independiente dentro de su partido. En 1946 disolvió el Partido Laborista y persiguió a su líder Cipriano Reyes; en las estructuras sindicales, a la par que se renovó casi toda la dirigencia, fueron desapareciendo progresivamente las asambleas y el verbo que la rigió en adelante fue " acatar ", lo opuesto a debatir y votar. El Partido Justicialista, por fin, era sólo un formulismo legal; la esencia del movimiento era el verticalismo. En plena efervescencia política, diciembre de 1972, Perón designó a los candidatos del FREJULI ( Frente Justicilista de Liberación Nacional ) - Cámpora y Solano Lima, dos antiguos conservadores - en una decisión personal, y unos meses después, aún consciente de que su salud estaba minada, se hizo acompañar en la fórmula por su esposa " Isabelita ", adalid del verticalismo al apellido, aunque no era, en realidad, sino una sombra de López Rega.

En 1945 un sector mayoritario del pueblo renegó de la democracia "ficta " y se inclinó por una participación más directa, pero quedó encerrado en las contradicciones del populismo: ninguna de esas alternativas le permitió ejercitarse como protagonista democrático de las decisiones clave sobre el futuro del país.

Esa cultura es, seguramente, el más importante déficit remanente del siglo pasado, porque la democracia es practicarla, y eso exige consciente y poder de decisión real; jamás puede entenderse como sinónimo de disciplina castrense.

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Del Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, abogado, activista de los derechos humanos, político, presidente de la República Argentina desde 1983 hasta 1989 ( período signado por una crisis social - económica e hiperinflacionaria ), primer radical que ganó en elecciones sin proscripciones al peronismo:

Muchas veces hemos escuchado, a veces con humor o ironía, otras con cinismo e hipocresía, las más, tal vez, con incomprensión, comentarios acerca de una de las afirmaciones que caracterizaron mi discurso en 1983: " en democracia se come, en democracia se educa, en democracia se cura ". A lo largo de estos años, y no por terquedad gallega sino por una profunda convicción de la razón y de la voluntad, sigo sosteniendo la validez de esa afirmación y lo hago con una convicción aun más profunda, reforzada por la experiencia común que vivimos los argentinos y los latinoamericanos.

En democracia somos los ciudadanos los que elegimos a nuestros gobernantes y representantes, y en consecuencia, salvando los distintos niveles de responsabilidad, todos deberíamos ser responsables de elegir los dirigentes y las políticas más adecuadas para construir una sociedad en la que todos puedan comer, se puedan educar y se puedan curar. De acuerdo con nuestra Constitución hubiera podido decir que " todos somos responsables ", pero he utilizado ex profeso el tiempo " deberíamos ser " porque aún tenemos que alcanzar la democracia, todavía debemos recorrer un camino para llegar a ser una sociedad que pueda efectivamente optar amplia y libremente, con información y conocimiento, por las mejores políticas, y no resignarnos y quedarnos con las menos malas. Esto significa que aún estamos en la etapa de la república, en la que podemos decir que es en la que " no nos matan, no nos detienen por nuestras ideas ".

Sé que los dirigentes políticos tenemos una responsabilidad mayor, pero una sociedad es efectivamente democrática cuando está formada y vivida por ciudadanos democráticos porque es entre todos que iremos acercándonos al ideal de la democracia haciendo posible que la mayoría identifique y apoye no a los hombres sino a las ideas y las políticas que encarnan esos hombres, de modo que efectivamente construyamos con diálogo, discusión, consensos, firmeza y confianza mutua, una sociedad en la que todos puedan comer, educarse y curarse.

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De Silvia Greco, compiladora rosarina de biografías de personalidades argentinas y del mundo, autora del libro Rosario y sus calles - Ubicación, referencias históricas y curiosidades, 96 páginas, profusamente ilustrado, editorial Diario La Capital, Rosario, año 2008:

En Rosario, la avenida Eva Perón, ( E - O ) Valparaíso/Solís 700/Donado/Wilde 200 bis, lleva el nombre de la dama argentina, actriz radial y política, casada con el Gral. Juan Domingo Perón.

Eva Perón nació en 1919 y falleció en 1952. Colaboró con la política obrera de Perón y condujo una Fundación de Ayuda Social. Su figura gozó de una gran popularidad. Escribió el libro autobiográfico " La Razón de mi Vida ", obra que ha sido traducida a varios idiomas. Aunque su vida fue corta, impulsó una serie de transformaciones sociales, adquiriendo el carácter mítico de " Abanderada de los humildes ".

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Del Lic. Darío Lavia, músico, diseñador de sitios web, realizador de CINEFANIA, completísima página web dedicada al cine fántastico y al de ciencia ficción:

En el año 1956 se produce un alzamiento contra la llamada " Revolución Libertadora ". Fracasa el intento y varias personas son fusiladas en un terreno de la localidad de José León Suárez. El escritor Rodolfo Walsh recibe la información de que uno de los fusilados está vivo, y en el transcurso de los meses Walsh descubre que hay otros sobrevivientes de ese operativo. Reconstruyendo datos y hechos Walsh dará lugar a la novela testimonio Operación Masacre, libro publicado en 1957.

En 1972 la obra fue llevada al cine por el cineasta Jorge Cedrón.

" ¿ Qué significa ser peronista ? " se pregunta el activista político Julio Troxler ( uno de los sobrevivientes de la " Operación Masacre ", que en la película se interpreta a si mismo). Como respuesta el director Jorge Cedrón nos ofrece una impresionante selección de material de archivo en que la voz de Troxler narra una sinopsis selectiva del movimiento, ofreciendo un sincero pero enfático panfleto propagandístico. Cuando este introito documental va alcanzando su cenit, se inicia la película propiamente dicha, con la prolija narración de la noche fatídica del 9 de junio de 1956. Varias personas se reúnen en una casa de la localidad bonaerense de Florida a escuchar una pelea de boxeo por la radio. Mientras el relato de Fioravanti va exaltando a los aficionados al deporte - espectáculo, parte de los presentes, adictos al peronismo y enterados de que esa noche se realizará una sublevación para derrocar al gobierno de facto de Aramburu, esperan ávidos noticias vía radial. La policía allana varias casas del barrio y se llevan detenidos a 15 civiles, algunos de los conjurados pero también varios inocentes que no tenían idea del hecho. Durante la madrugada se irradia un decreto especial del presidente Aramburu que establece la ley marcial: Todo detenido debe ser fusilado. Al fin, luego de la liberación de tres personas que habían sido detenidas en la calle, el resto de los sospechosos son conducidos en un camión hasta un basural de la localidad de José León Suárez. Ahí se produce un intento de fuga y los policías terminan liquidando a cinco de los detenidos. El resto, o bien se escapan en la confusión ( como Troxler ), o bien sobreviven a las balas. Es justamente el caso del " fusilado que vivió " que motiva al periodista Rodolfo Walsh a iniciar en 1956 la investigación que genera el famoso libro " Operación Masacre " que es considerado la primera novela de no ficción de la literatura. Luego de culminar el relato de las consecuencias de los fusilamientos, la película retoma el material de archivo y es Troxler quien termina completando la historia apuntando en su narración a la " Patria Socialista ". En su faz documental - propagandística, Operación Masacre es un auténtico hallazgo, ya que hila una narración inflamante destinada a hacer hervir el pecho de todo peronista combinando inteligentemente un relato histórico - social con imágenes más que elocuentes. No hay mucha ambigüedad ni contradicciones en el discurso revolucionario y si bien puede haber peronistas no izquierdistas en desacuerdo con la respuesta que Troxler da a la pregunta inicial o la identificación de la " oligarquía " como enemiga del peronismo sea muy simplificante, al menos el panfleto enunciado es consecuente con la ideología de Walsh y Cedrón. En su faz dramática, la película difiere con esta perspectiva y adquiere una categoría superior al panfleto, ya que no cae en la típica táctica de la propaganda de divinizar al héroe y demonizar al enemigo. De esta manera, los detenidos no son mostrados como mártires conscientes ni los policías o comisarios como sádicos villanos ( incluso, por momentos se escucha la voz del comisario que tuvo que cumplir la orden del fusilamiento, narrando su punto de vista de ese terrible momento ). La trama es enriquecida con diálogos apasionantes y logra crear un denso clima de aprehensión, virtud de todo buen thriller testimonial ( que combina verosimilitud, denuncia y realismo con los habituales carriles del suspenso cinematográfico ). El contraste entre ambas caras de esta misma moneda ( contradictoria, simple y compleja a la vez ), entre el panfleto visceral de izquierdas incendiarias y el docudrama testimonial - humanitario, también hace que la pregunta sobre la significación de " ser peronista " adquiera un carácter esotérico, indescifrable, casi místico. La película, filmada bajo cierta clandestinidad entre 1970 y 1972, adquiere un carácter especial teniendo en cuenta que sus autores ( Cedrón, Walsh, Troxler ) morirían asesinados durante los cruentos años ´70.

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Textos cortesía de Carlos Vitola Palermo de Rosario, Santa Fe, República Argentina.


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